Diario de un joven norte-americano detenido en Chile: durante el período revolucionario de 1817 a 1819
A la hora de la cena no habia tin solo sitio seco en la casa en que poder colocar la mesa. Las seiioras, sin embargo, no sus- piraban con cl viento ni lloraban con la lluvia. Cenamos conio de costumbre y pa- sanios la noche sin mas cuidado que el de conservarnos tan secos y abrigados como fuera posible. En esta kpoca del afio, las tormentas, aunque a veces violentas, no son nunca de larga duracion, de modo que cunndo nos levaritainos eri la mailana siguiente brilla- ba un sol esplhdido. Pareci6 entonces que hubiesen cesado todos nuestros trabajos. La cam estuvo pronto concluida, h a l l h - donos en ella tan confortablemente insta- Iados como en San Pedro, pero en sitio mucho m&s pintoresco. Unidas las dos familias, formaban una reunion suficien- teniente granrle y quiz,is tan agradable como la que linbiese potlitlo cscogcrse en la provincia. IS1 paisaje que ofrecian 10s alrededorcs era variado y hernioso, y asi gastanios buena parte del dia en recorrer- 10s. Por la noche recibiamos sienipre la visita de las patrullas que venian h toniar algiin refresco y a traernos las noticias del dia. Gozabanios por el niomento de mucha
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