Diario de un joven norte-americano detenido en Chile: durante el período revolucionario de 1817 a 1819
- 219 - vez por el cquipaje que no pudo ir en este primer via,je. Sali de Sail Pedro a1 caer de la noche, dejando la aldea casi del todo desierta. De la gcntc que se h a l l a h reuni- da aqui la semana anterior, apenas si que- daban wi n t e personas, adenias de 10s sol- dados. Dcspues de una caiiiinata poco agradablc, Ilegamos, cerca dc las nueve, a1 sitio cn yuc iiuestra caramria estaba acarn- pada. Eiicoiitri'h las sefioi-asscntadas sobre 10s colclioncs J- estcras, bajo 1111 arbol cor- piilento, y cn p a r k t1cntr.o de una tienda de canipaiia i'ormada p r frazadas y man- teles colgados de l a s nriiias y sostenidos por estacas. illgnnas jugabaii con 10s chi- cos, otras tomabail rnatc, y en lugar de hallarlas nicdio mucrtas dc i'atiga por el caiisaiicio y l a s iricomot1ic1adcs, segiin crci, estaban cliarlaiitio tan nlegrcs y animaclas como si sc encontrasen ell 10s saloncs de su casa. Ll alginos paso.; de distancia y dehajo dc otro nrl)ol clii.;porroteaha el file- go en que lo.; coci~icros be lidlaban pre- parando la cena. La novedad de la escena alladla cierto atraclivo a la noche, cual si la gast&scnios tan agradablcmcnte como cualquiera de las que juntos habiamos pa- sado en medio de todas las diversiones de San Pedro. Despuks de cenar comenza-
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