Diario de un joven norte-americano detenido en Chile: durante el período revolucionario de 1817 a 1819
- 132 - poswn gran variedad de T-iaiidas niuy sa- brosas. Sns casas, (le las que he dado noticias mas arriba, poclriaii transfcrniarse con muy poca dificultad en castillos, desde que se necesitaria solo colocar en el interior iinos pocos cailoiies, pcrforar las parecles B trc- chos y tapar las pucrtas p x a forniar iiiia fortalez a bast an tc res p c t ab 1 c y d c fc I id i h 1 e ; y a1 hacerlo, no se iiecesitaria subir escalas, ni tener pisos que sc hulldieran h iiuestroq pies, ni paredcs divisoriasqiie iiiipidieran el arance. Son poco niejorcs que soinbrias pri- siones, y en las lioras de ticscanso las geii- tes estan sentadas en 10s corrcdcres 6 dc- bajo de 10s Brboles frutales de la huerta, la guitarra sieniprc h mano y sicniprc listos para aconipafiarse a cantar 6 khronicar con cualquicr amigo que pasa. Esto se aplica a las casas en general, si bien en la ciudad seencuentran muchas clue pueclcn Ilaniar.;~: elegantcs, con sus cielcs de blanco y a!i- saclo estuco, con frisos ricaniente clorados, con las rc,jas cle las ventunas tsiii1,idn do- radas y ornamentadas, aunque siempre sin cristales, y toclo por el niisiiio som'irio es- tilo arquitcctdnico. No tieneri iiada que e q u i d g a {L las dcli- cias de una conrcrsaci6n ad lado de la chi-
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