Diario de un joven norte-americano detenido en Chile: durante el período revolucionario de 1817 a 1819

- 104 - colocatlos i clisianciade doce 6 quince pies, provisto cscla iino cle (10spiedras gmndes y alisadas y de otras niuchas pequcfias las ratysn arrqjaiido a la grandc del contrario, sin que rara w z dejcn de acertar en el blanco. El ines en que cstanios y 10s otros dos 6 tres siguieiitcs son 10sque dcdicaii aqui a las dirersiones; 10s labraclorcs y 10s ha- cendados se visitaii rcciprocamente, no por espacio de una liora 6 cle un dia, siiio de senianas enteras, sin cuidarse paranada del iiuniero de visitantes que lleguen B la es- taiicia, ya que ireinta pueden iiisialarse en ells tan bien como tres, piles nuncs faltan prouisiones, y en cuanto la cania, todo cl niundo, pobre 6 rico, la llcva sicnipre con- sigo, corn0 que consiste en 10s oclio 6 diez pelloiies (algniias veces niuy bicii tefiidos) que constituyeii la moiitura. Siis sillas de nioiitar son de diferente liechnra, 6, iiiejor dicho, son coiiio la arniadura de las nucs- tras, que el caballo pueclc soportar merced a1 grr.1 n ime ro de pelloncs que se colocan clebajo y sobre ells. El n i o , como se llama csfamoiitura, es casi tan pcsado como el individuo que lo usa, y un chileno a1 de- sensillar su caballo luego liace recordar al sepulturerode Hamlet preparandose a1 tra-

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