La artesanía urbano marginal

r lO1 - Una vez que logré iniciar el trabajo del cobre, comencé traba jando platos y láminas con diseños sobre la mitología cnilota, y pequeñas joyas (anillos, pulseras prendedores y medallones) de cobre esmaltado. El público- turista, visitante veraniego en su mayoría clase media alemana, inglesa y el francés pequeño burgués. Por lo general un turista poco exigente que buscaba allí el paseo pía centero y la satisfacción de adquirir algún recuerdo pintores­ co de las vacaciones. Mis platos de cobre y bronce de la serie sobre mitología re-* gional del sur de Chile no se vendían, sólo contados turistas con algún leve conocimiento sobre Chile se interesaban; los de más preferían adquirir pulseras y medallones con signos del zodíaco. De manera que por razones de subsistencia debí au­ mentar la producción de objetos y joye-rí'a con diseños "más a la -moda"'j en desmedro de la búsqueda creativa. La ciudadela después de dos años y medio dé estadía no nos da­ ba em ventas ni siquiera para comer normalmente. Decidí ofre­ cer mis productos en las bou-tiques de ciudades cercanas; sin embargo, las tiendas europeas están abarrotadas de artesanía del mundo entero y no es fácil con una pequeña producción a­ brirse camino. Por otra parte, concediendo al gusto turísti­ co-; el stock de collares y pulseras zodiacales debía aumentar para tener rentabilidad lo que no era posible por falta- de re serva económica para materiales. Instalamos una sala de exposición y ventas al interior de la ciudadela, a fin de paliar por un lado el problema de comer­ cialización; y por otra parte para evitar las continuas mo - lestias de las que éramos objeto en nuestro trabajo como ar­ tesanos, al mantener nuestras puertas abiertas a la curiosi­ dad en ocasiones insolente del turista que entraba y salía de nuestros talleres-habitación como paseando en una plaza públi_ ca. Comenzamos a tener problemas con el Municipio y el Servicio de Impuestos, sin embargo, el Municipio no logró hacernos abrir las puertas de nuestros talleres más que en horas fijadas por nosotros; y ante los impuestos a las ventas encontramos una