La artesanía urbano marginal
1 0 0 Al conjunto no se agregó nada, el escenario histórico permane ció como tal, y nuestra presencia sólo se percibía por las pan cartas alusivas a nuestro oficio, colocadas arriba de nuestras puertas abiertas. Nuestro pequeño grupo estaba formado por 2 tejedoras de telar (una de ellas de origen argelino, otra suiza), un pintor, un ceramista, un fotógrafo, un artesano de marionetas tradiciona les francesas y yo, artesana en cobre y esmaltes en metal. Sólo convenimos con la Municipalidad un contrato hablado en el cual nos comprometimos a pagar el arriendo mínimo y a man tener nuestros talleres abiertos. Nos transformamos así en otro de los atractivos del monumenro medioeval. Al principio sólo pude comenzar fabricando esa típica artesa nía de origen mexicano que consiste en hilar alrededor de una cruz de bambú, un diseño geométrico en lana. Este tímido co mienzo sirvió para reunir lo justo y necesario para comprar el martillo, el cobre y el ácido. Los dos primeros años logramos mantenernos con las ventas a un nivel de vida bastante humilde, sobre todo durante los in viernos sin turistas. sobrevivíamos gracias a la solidari - dad de los otros artesanos dos de los cuales tenían otras pro fesiones con remuneración fija. Entre los siete que componíamos el grupo sólo dos intentába mos vivir exclusivamente de la artesanía entre los cuales el artesano en marionetas lograba mejor sus objetivos gracias a una trayectoria de más de 10 años de oficio que le proporcio nó un cierto prestigio ya adquirido. Nos constituimos como Asociación de Artesanos para los fines de organizar de la mejor forma nuestros objetivos comunes.
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