La novela chilena : 1974-1984
la novela es mediante un conflicto básico y central, una crisis, que escinde el mundo. Obsesivamente casi, la ate_n ción se concentra en el meticuloso desarrollo de los proee sos de^conflicto. Aunque pareciera que las problemáticas” psicológicas, subjetivas, fueran lo más frecuente, los mo tivos existenciales están siempre dados dentro de un mateo historico-sociai„ El drama particular' de los individuos, de los■personajes, es una tensión constante que busca equi librio,.entre lo indlvidual-subjetivo y lo nacional-gene-” rallo correspondientemente, los procesos de la sociedad chilena son vistos por la novela concretados en destinos humanos perfectamente definibles. La gran mayoría de estos personajes aparecen pues en algén momento de su desarrollo coma fuerzas sociales en acción. Además, los fenómenos ma crosociales mismos aparecen actuando sobre los personajes concretos y sus acciones, implicando^que el contexto de ellos es definitorio para la comprensión que de ellos se tiene. Todo esto hace que la obra novelesca frecuentemen te se presente como una lucha entre esquemas de liberación y de represión, concretados en personajes. La siempre pre sente ruptura., de algunos personajes con el sistema estáti co, represivo, de normas gastadas, requiere de la atención centralmente focalizada del narrador. El gran tema dé la novela chilena de este periodo es el poder, especialmente en su relación con respecto a los cambios y con respecto a. las conductas, .co.ncre.tas de los personajes. En casi todas esta.s novelas predomina el sentido del mundo que le ha sido otorgado por el narrador, y esencial es su sutileza, con la cual interviene en el mundo. También1po- --dría decirse que en estas novelas predomina el lenguaje so bre la acción, es decir, nunca el mundo sale, a flote con fuerza propia, Sino que siempre la narración hecha por el narrador es intermediaria en la presentación del mundo, me diatizándolo, por tanto. Priman pues los discursos indirec tos. Aparecen tanto narradores personales, corporizados como personajes, como narradores tradicionales, en tercera persona, omniscientes^y omnipresentes. El narrador perso nal en primera persona, frecuentemente un cronista, urt tes tigo, se transforma con suma facilidad en momentos en un narrador en tercera persona, al viejo estilo. Este narra dor oersonalizado está casi siempre al margen de^ la acción, no es el centro de los acontecimientos. Los narradores, cualquiera sea su tipo, controlan cabalmente -el material narrativo que comunican. Son narradores cultos, con un mun do de. referencias y tradiciones y experiencias vitales e intelectuales. La narración, como se ha dicho, no se cir - eunscribe a la voz .principal del narrador, sino'que se per- "mite la expresión de diferentes puntos^ de vista lingüísticos,
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