La novela chilena : 1974-1984

34 si 6 años atrás, comienza la dispersión y decadencia de la familia Ventura, la cual concluirá con el fin mismo de la ; estirpe. Demiurgo, encadenado, Adriano será liberado un día sin leyes, cuando el infinito del horizonte entra a Maru - landa al ser derribada la reja de lenzas que separaba y li­ mitaba. Los Ventura, que son la aristocracia minero-finan­ ciera son también una parte importante de la vida política, social y económica del país. Al desaparecer el peso de la dominación, lo imposible se hace posible. El hermoso lu­ gar natural al cual parten los adultos de excursión no es otra cosa que una irrealidad que empieza a tomar vida gra­ dualmente. Adriano habría preparado esta estratagema a Wenceslao, y éste la habría comunidado a Balbina su madre, la cual a su vez la habría retransmitido a todos los res­ tantes adultos para que así se interesaran en viajar, dejan do el camino libre a Wenceslao y Adriano. Juvenal, el mayor de los niños, y ya casi considerado adul­ to, cree que hay que enfrentar el estado llano, mientras que Hermógenes Ventura, encargado del oro y las -finanzas di ce que los. niños son indisciplinados como los sirvientes y perezosos como los natiyos. Cuando los adultos han parti­ do, Adriano, 'Wenceslao (su nijo), Mauro y Cordelia van gra dualmente aplicando un proyecto de transformación de la si­ tuación en la casa. Juvenal y Melania, los representantes de los adultos que han quedado, más otros niños,- se const i tuyen en el piano nobile, en la nobleza. Los niños frente al temor y la inseguridad de la nueva situación, rompen los moldes para exorcizar el miedo. Los adultos, en su viaje de regresó',"encuentran a Favio y a Casilda, envejecidos, y se enteran por ellos de todos los cambios acontecidos en la casa. Como en la obra de teatro La marquesa salió a las cinco computan una hora por un año, los adultos no le creen ahora a Casilda, y menos aún cuando ella dice que no hay antropófagos, que los nativos no son antropófagos, y que los niños están divididos. Los siervos reciben la orden de los adultos de imponer el orden moral usando todos los medios, incluso la violencia; el Mayordo­ mo, de apariencia simiesca, queda a cargo de esto.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=