La novela chilena : 1974-1984
26 cúpula del bloque aristocrático implica que los personajes se han reducido, ya no' actúan. Los‘actos del presente remi ten ál pasado, constantemente: se cae Santana en la noche de octubre del 73, y todos, especialmente el memorialista, re cuerdan la caída de don Marcos debida a la posible interven ción de Silverio niño. Algunos de los personajes están mar cados por sus ancestros. Silverio tiene la soberbia del Co rregidor Molina, rasgos de Tito vienen de don Teobaldo. Para el narrador todo esto -ilustra el deseo de muerte de la cla se alta. Como la aristocracia es invadida se narra mediante la metáfora de la playa Los Queltehues, que de ser privada se hace pública. Silverio es símbolo con su mano izquierda en alto, delperíodo 1952-1973. El Gordo Piedrabuena, demó crata cristiano, es visto como intérprete de su generación, como permaneciendo siempre en el justo medio. El Contexto político chileno se inscribe pues dentro de esta obra. Pero hay además en ella hombres dominados por muje res (el Pachurro del Medio en su relación con Josefa, la pas cuense y María Olga), María Olga y Williams padre son dos personajes sádicos. El narrador, que comparte una valora - ción del pasado similar a la de Gregorio de Jesús, siente a Silverio como un ángel que se rebela y cae; aplica pues un esquema diabólico de interpretación. Las mujeres de derecha y su organización contra el gobierno de Allende están repre sentadas por la Rubia y María Eduvigis Molina, hermana de Silverio. La represión está ejemplificada por toda la.acción realizada contra Tito, y su sexualidad. Guillermo, Silverio, sufren conversiones en sus vidas,bruscas transformaciones. Hay en esta novela un grupo generacional marcado, que ha po seído un proyecto frustrado, en el cual el pueblo no ha sido actor. Estos miembros de la elite aristocrática, y especial mente su cronistas,quierén compartir su mundo como "el nues tro". La decadencia fue anunciada en La Punta por una llu via de polillas y cuncunas, y el cronista mismo tiene,, sus tesis al respecto. El cronista, que mira pero no participa, es un poco cómorel Pachurro del Medio, un voyeurista. La novela se cierra con dos imágenes: la de Guillermo cami nando por el paisaje nevado del exilio sueco, y la de camio nes acarreando bultos bajo mantas por Santiago. Estos últimos, los ejecutados y desaparecidos, son también
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=