La novela chilena : 1974-1984

25 teriores que han sido oralmente comunicadas al cronista. Es­ te cronista es cercano al mundo que narra, recrea y transmi­ te, pero en su relación con el lector, el mundo total de la novela está mediado, reproducido, por el narrador testigo. En lo que concierne a lo narrado, la historia comunicada, de 1891 a 1973, es un tiempo de pecado, de crisis, de caída mo­ ral. Se llegan a distinguir dos fases. Antes y después de la muerte.de Pancho, y del navajazo de Silverio. Hay un só­ lo sector de la sociedad chilena representado, la alta aris­ tocracia. Sin embargo, allí también hay desaparecidos, muer tos, exiliados, convidados de piedra, en una palabra. La experiencia de Silverio es puesta en términos casi míticos en este mundo. El narrador mismo es consciente de esto. Hé roe y antihéroe a la vez, Silverio sufre su transformación en el infierno de la cárcel, y de allí en adelante se orien ta a transformar el mundo desde un punto de vista popular. Hay varios ejemplos centrales en la obra de personajes que rompen con el orden., y provocan la fractura dentro de un de­ terminado modo de vida. El mundo y su estructura poseen un matiz ético, en el cual sin embargo, se mezclan cosas tales como la violencia de Silverio, las ideas políticas de Gui­ llermo, y la sexualidad alterada del Pachurro del Medio; y a las tres se les da la misma explicación: la decadencia de la tribu, de la elite aristocrática. Los conflictos plantea dos parados personajes son a veces éticos, políticos y sexuales, en consecuencia. Algunos paralelos.históricos impactan al lector. El saqueo de la casa de don Marcos remite al saqueo de las casas de Neruda. Las manos rotas del Gordo Piedrabuena homologan.las de Víctor Jara. La muerte de Silverio y su entierro evoca la de Neruda, también en septiembre de 1973. A medida que se va llegando más y más cerca dpi presente, se va producien do- un;climax en el mundo narrado, y los destinos de, cada u­ no de los personajes se van perfilando más acabadamente. Los tiempos del pasado recuperados por las diversas voces son puros momentos de ocio. En. esta fiesta, que es un ritual de identidad, un ciclo cul­ mina:! el cumpleaños, se ha convertido en cena macabra dada la presencia del funeral de Silverio. La autodestrucción de la

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