La novela chilena : 1974-1984

23 nístico de úna clase,, la aristocrática. Come el narrador ficticio de la novela misma, utiliza informantes, es decir, partícipes de una experiencia, con una visión de primera ma no, que cuentan lo que les ha sucedido y el cronista-histo­ riador toma apuntes de todo lo acontecido. Viene en segundo lugar un preámbulo, de una doble ironía. Declárase primero allí que en la novela todas las situacio­ nes y personajes son ficticios, pero al mismo tiempo se in­ tentó respetar el trasfondo histórico. Reconoce el autor (Edwards) aquí que él es un memorialista. También se re - fiero a su propio exilio. Califica finalmente a la novela de crónica, y declara que tanto ella como el cronista, sólo son una invención literaria. Se trata de un discurso bina­ rio, por un lado dice que todo es ficción, por otro que to­ do lo recibió de otras personas o del mismo. En tercer lugar viene un epígrafe extraído del Quijote en que se añora un tiempo futuro donde mostrar las propias ha­ zañas . La novela aparece como lo acontecido en una jornada noctur­ na, donde los cuentos se han multiplicado, hasta el amane - cer, como éri el caso de Las mil y una noches. A diferencia de las novelas ántériormente examinadas, aquí está presente la historia de Chile concretada en los destinos humanos qué son.cadá uno de los personajes. La contextualidad históri- co-política no está amputada en la novela de Edwards1; sino que al contrarío no sólo es trasfondo sino qué fuerza ¿n pri mer plano. El universo narrativo desplegado en la novela í; coincide con los miembros aristocráticos del bloque dominan­ te. Figuran aquí descendientes de españoles, ingleses, te­ rratenientes, políticos. Todas'las más importantes posicio­ nes "poli ticas , de centro, derecha e izquierda del Chile del 73 se' encuentran concretadas en algún personaje dé la novela El narrador de Los; convidados de piedra es un personaje-tes tigó, un cronista, un historiador, un memorialista. Escribe la intrahistoria de un grupo elitario, la historia menuda,en