La novela chilena : 1974-1984

15 - sente:suele marcarse en la novela con cursiva: es el diálogo del otro ausente. Novela d e ‘discurso 'dialogal,.éste frecuen temente aparece sin la presencia de un ver'oum dicendi, es de cir, de expresiones tales como: ella dijo, ella replicó. Al gunas veces el discurso del narrador básico en tercera perso na se. hace poemático o dramático. >Abunda la reiteración ana fóriea, símbolo, tal como la humedad, de un universo.estáti­ co. El discurso interior directo, es decir, lo que acontece en la conciencia de cada una de las mujeres, está.entrecomi­ llado, para diferenciarlo. El punto más lejano en el pasado es la figura de Felipe, el abuelo. Uno de sus libros predilectos es el Cancionero de Baena,_poesía cortesana del siglo XV, doctrinal y sentencio­ sa. Este libro es visto después por las tres viudas. Figura, asimismo, como epígrafe de la novela Dulces chilenos,, como un elemento que se presta para la¡ interpretación ya desde el comienzo, En ese poema se habla de cómo1la vida se convier te en muerte, y esta idea es repetida por las viudas que sé sienten ya penando en el mundo. La historia que se presenta acontece en la primera mitad del siglo XX en Chile. Elena y Marta nacen hacia 1920. En su infancia, la relación entre ellas empieza a hacerse más pro­ funda a partir de un regalo qué recibió Elena, una baratija limeña. Años más tarde Elena la pondrá en la misma jaula donde vivía el canario que murió. Elena también ha decidido borrar a sus hijos de su vida. El canario se hace simbólico de Rosaura misma que es un ave que se hace a la libertad y es herida al provocar una ruptura tratando de escapar de su sistema. Como se ha dicho, el presente de la novela es la narración de un día domingo, de la mañana a la noche. En la mañana, se turnan las tres para ir a misa mientras al mismo tiempo atien den un pequeño puesto donde venden su producto, los famosos dulces chilenos. La gente declara que tienen una mano ange­ lical pero justamente la historia de la novela lo contradice al desenvolver una experiencia infernal, sufriente. Amalia, está ya cerca de los ochenta,; y Elena y Marta, probablemen­ te en sus cincuentas. El almuerzo más tarde .es tenso. A la

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