Aprendizaje Servicio en la Educación Superior Chilena
83 formación humanista y artística estaban presentes: el teatro en el sainete, la música y las pequeñas orquestas y la formación religiosa en la catequesis (Lenti, 2012). La concepción de trabajo de Don Bosco es coherente con su acción en el mundo del trabajo. Sabía que toda acción en lo laboral era formativa y establecía para todos una ganancia: el pan y la dignidad de todo hombre (Prellezo, J.M., 2010). Para comprender mejor la relación entre aprendizaje servicio y por qué esta es una experiencia que identifica a la UCSH, se recurre al discurso del Cardenal pronunciado en la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1971. En este, el Cardenal entrega con claridad cuál es la misión de una universidad católica. Este discurso es un referente de acción y, por sobre todo, de reflexión, pues ayudará siempre a mirar y evaluar las proyecciones que esta universidad se propone, para crecer y crecer con los jóvenes al servicio del país. En este discurso el Cardenal define a la universidad como aquella institución que desde la construcción de conocimiento y saber, es conciencia crítica y se propone servir a las necesidades concretas del pueblo. Aquí no se trata solo de denunciar sino, sobre todo, de establecer desde el conocimiento, es decir, desde la ciencia y las humanidades, las problemáticas que presentan la cultura y la sociedad. Pero no solo eso, sino también y especialmente desde ellas, la conciencia crítica es propositiva: busca, propone y sirve a la construcción de una sociedad más humana y justa. Así lo enuncia: “La luz y alma de una Universidad; garantía de respeto total a la naturaleza de su misión específica; fuerza orientadora y estimulante para el pensamiento que investiga y anhela ser -tanto negativa como constructivamente- conciencia crítica del proceso histórico que vive el pueblo; La universidad sirve a las necesidades concretas del pueblo”. Pero comprender las necesidades y atenderlas no basta. Es preciso, recuerda el Cardenal, el amor. Pues el amor, nos vuelve sensibles a la solidaridad que, como se indica más arriba, no es un sentimiento menor, sino un sentimiento que busca comprometerse y, por sobre todo, busca que una comunidad, la universidad, se disponga con todos sus integrantes a colaborar en esta misión. En su discurso advierte así: “Es imposible servir sin amar. Y el servicio universitario exige mucho amor,…tanto a los profesores como a los alumnos y a todos los que componen la comunidad universitaria. El amor, además, sensibiliza y vuelve receptivo para captar con mayor lucidez los problemas de quienes se ama y a quienes se desea servir…Cada hombre, cada grupo, cada idea, cada causa noble, encierra un rayo de verdad y es tarea y deber de la Universidad el recogerlos todos -sin desperdiciar uno solo-, hasta obtener la suma de la verdad total”. Servir, hacerse cargo de las necesidades concretas de la sociedad y trabajar desde un sentido profundo de comunidad, advierten un aprendizaje integral. Se trata de trabajar por una sociedad más justa y solidaria y, por ende, de una sociedad que se permita el encuentro en la libertad. Es por eso que el saber, la conciencia crítica, la búsqueda de la verdad y el amor, requieren siempre un esfuerzo de reflexión por la trascendencia de todo hombre y mujer. No es suficiente quedarse atado a los problemas, sino se trata de trabajar por una sociedad auténticamente humanista. Nuevamente es ilustrador el discurso del Cardenal:
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