Aprendizaje Servicio en la Educación Superior Chilena
8 Una meta ambiciosa pero cumplida, con nada menos que 16 universidades representadas en un esfuerzo conjunto de sistematización, reflexión y autoevaluación. Si bien en otros países se han publicado compilaciones nacionales de experiencias significativas 2 , entiendo que esta es la primera sistematización de nivel nacional basada en la rúbrica de autoevaluación de la institucionalización del aprendizaje-servicio en la Educación Superior propuesta por Furco y, en ese sentido, resulta sumamente original y un notable aporte al avance del campo de investigaciones a nivel mundial, ya que presenta resultados comparables con instituciones de otras latitudes que han utilizado la misma herramienta. Sistematizar el panorama nacional ha sido posible, sin duda, por la generosidad y apertura con la que se construyó en Chile la REASE, Red Nacional de Aprendizaje-Servicio. En un campo como el universitario, donde suelen primar la competencia y las rivalidades institucionales, es alentador ver que es posible construir redes de efectiva colaboración solidaria, no solo a nivel interpersonal sino, también, interinstitucional, en el fructífero intercambio de información y aprendizajes. Sin duda el animus societatis profundamente solidario que ha primado en los orígenes y desarrollo de la Red ha contribuido significativamente a la construcción conjunta de una obra como esta, que entrega un aporte valioso y original para el conjunto de la comunidad de práctica latinoamericana y mundial. Los dos capítulos introductorios presentan una primera aproximación a la historia del aprendizaje- servicio chileno y a la constituciónde la REASE. EnChile, como en el restodeAmérica Latina, seguramente está aún por escribirse una historia integral de los antecedentes y desarrollos de esta pedagogía, ya que -como señala Titlebaum- “la historia de la práctica del aprendizaje-servicio es mucho más antigua que el términomismo” 3 . Por ello quisiera subrayar que, como en el resto del mundo, en América Latina han sido las experiencias intuitivas desarrolladas por estudiantes y docentes las que precedieron a la reflexión teórica de fines del siglo XX y a los desarrollos instituciones producidos en el siglo XXI. En contextos culturales muy diversos, actividades solidarias e intencionadamente formativas han venido surgiendo espontáneamente desde hace décadas de la creatividad de los educadores y de los propios niños, adolescentes o jóvenes, o promovidas desde políticas sociales o educativas diversas. En ese sentido, la historia formal del aprendizaje-servicio en nuestra región tiene entre sus antecedentes menos visibles las prácticas educativas solidarias desarrolladas por centenares de instituciones educativas que –aún sin conocer la metodología ni la bibliografía- desarrollaron y desarrollan prácticas que de hecho son de aprendizaje-servicio. En el caso chileno es justo reconocer entre los pioneros del aprendizaje-servicio en el país a los liceos que –alentados por el Ministerio de Educación (MINEDUC)- iniciaron en 2001 una entonces incipiente red de experiencias en el marco del programa Liceo para Todos. En 2002, cuando el aprendizaje-servicio era todavía casi desconocido en la Educación Superior, el MINEDUC ya lo había incorporado a las estrategias para la inclusión con calidad en los liceos más desfavorecidos y desarrollaba capacitaciones sobre el tema para escuelas de todo el país. Las prácticas escolares reconocidas entre 2006 y 2007 con 2 Como las realizadas en Argentina en torno a las experiencias ganadoras del Premio Presidencial Prácticas Solidarias en la Educación Superior entre 2004 y 2010, www.me.gov.ar/edusol, o los relevamientos en Venezuela sobre la aplicación del requisito obligatorio de Servicio comunitario en Educación Superior. 3 TITLEBAUM.Peter; WILLIAMSON, Gabrielle; DAPRANO, Corinne; BAER, Janine y BRAHLER, Jayne. Annotated History of Service Learning 1862– 2002. University of Dayton, Dayton, OH, May 2004, p.4.
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