Aprendizaje Servicio en la Educación Superior Chilena
67 Capítulo V APRENDIZAJE SERVICIO EN LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TEMUCO: FORMACIÓN INTEGRAL Y CIUDADANA EN RECIPROCIDAD DE SABERES Álvaro Ugueño Novoa y Javier Villar Olaeta Resumen Esta comunicación da cuenta de la ruta trazada por la Universidad en la inserción curricular de la responsabilidad social en los itinerarios formativos, a través del Programa de Formación Socio Comunitario, el cual destaca como un método de enseñanza-aprendizaje priorizado la estrategia de Aprendizaje Servicio (AS). Veremos cómo, desde sus orígenes, la institución ha ido respondiendo a las necesidades y problemáticas sociales particulares de la región y el AS se ha transformado en una herramienta potente para la consecución de los perfiles de egreso y para dar respuesta a la vocación pública de la institución. Haremos un recorrido por las experiencias incipientes del inicio, las reflexiones académicas construidas paulatinamente y daremos a conocer la base epistémico-conceptual de AS para la universidad y su sistema actual de gestión como un esfuerzo por la institucionalización, para, finalmente, plantear los logros intermedios actuales y los principales desafíos. Palabras clave: Aprendizaje Servicio, diálogo de saberes, responsabilidad social. Introducción En las últimas décadas las universidades latinoamericanas, en especial en Chile, han experimentado cambios fundamentales que se explican, entre otras razones, por la denominada “democratización” de los ingresos, como también porque hoy las universidades son un espacio simbólico de movilidad social. Muchos de los estudiantes que ingresan actualmente no lo hacen solamente por el deseo de ser profesionales, sino también por transformarse en actores sociales que pueden ocupar un nuevo lugar en la sociedad. En este nuevo escenario, las instituciones de educación superior (IES) experimentan tensiones que varían entre la resistencia a no querer incorporar a estos nuevos estudiantes o a generar currículos más flexibles que le permitan una adecuación que dé sostenibilidad y permanencia en el sistema. (cf. con Brunner, 2011). De este modo, vivimos en una sociedad en contradicciones (cf. con Habermas, 1987), donde apreciamos adelantos científicos, incremento de las redes sociales e innovaciones tecnológicas, pero se nos aparece también un mundo desolado, marcado por las vicisitudes del ser humano actual; aunque muchos indicadores nos muestren que estamos mejor que antes. Pero, ¿qué han hecho nuestras universidades para enfrentar esta nueva trama sociocultural? ¿Cómo enfrentamos, desde una lógica transversal, el desafío de atención a estos nuevos tipos de jóvenes que ingresan a las IES con sueños y afanes, muchas veces no definidos por ellos mismos, sino que por estructuras foráneas? De igual modo, nos cuestionamos si los currículos se encuentran preparados para formar profesionales capaces de servir a sus comunidades y ser ellos un capital cultural en sus territorios, aportando aprendizajes nuevos y siendo partícipes de un intercambio de conocimientos.
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