Aprendizaje Servicio en la Educación Superior Chilena

191 intenciones, dependiente de profesores motivados que quieren innovar en sus métodos de enseñanza- aprendizaje. Finalmente, quinto, la articulación curricular del AS en los programas de estudio debe ser pensada como una estrategia del sello educativo de la universidad. Para ello, se precisan políticas institucionales de coordinación de muchos y diversos actores: vinculación con el medio, investigación, gestión universitaria y, desde luego, docencia. En este sentido, se pretende, por una parte, que las unidades académicas reconozcan el trabajo de los académicos que adoptan esta metodología y, por otra, conseguir un canal institucional expedito para desarrollar intervenciones en el mundo social, que esté respaldado por los recursos institucionales anuales. De esta manera, se busca lograr posibles impactos y desarrollos locales y territoriales de mayor escala y sustentables en el tiempo. El objetivo es dotar de un sentido más amplio a lo que se pueda alcanzar, puntualmente, en un semestre lectivo con un curso aislado en el contexto de un currículum académico. En esta misma directriz, la Red Aprendizaje y Servicio Universidad de Santiago aspira a la inclusión explícita de esta metodología en los planes de estudio de las carreras de la universidad, como política universitaria. La reciente incorporación de la metodología en uno de los objetivos del Plan de Mejoramiento Institucional (PMI) USA1502 de Armonización Curricular, de ejecución 2016-2018, apunta en esa dirección. Por ello, esperamos que este PMI contribuya, en el mediano plazo, a dar un impulso decidido a la integración curricular de la metodología, a su sustentabilidad en el tiempo y a brindar apoyo y reconocimiento a los académicos y académicas que la aplican y fomentan al interior de la institución. En la línea del fortalecimiento de la institucionalización del AS en nuestra universidad, uno de los Proyectos de Innovación Docente (PID) mencionados anteriormente tiene un papel muy relevante. Este PID, liderado por un académico de Arquitectura, permitiría, por una parte, sistematizar la gestión de los vínculos con los socios comunitarios en las iniciativas de AS, mediante un catastro de los socios comunitarios que han trabajado con los diferentes cursos de AS de esta universidad y, por otra parte, enriquecer esa gestión, mediante la ampliación de la red de socios. Esto significará un importante primer paso para abordar el desafío de crear y mantener actualizada continuamente una base de socios comunitarios, además de fijar criterios para seleccionar el adecuado para cada proyecto de AS de la institución. Aunque el apoyo del programa RSU ha sido importante para el contacto con socios comunitarios concretos y la generación de redes conmediadores (brokers sociales), estas funciones no son suficientes. Parte de la madurez institucional del AS es saber con quién asociarse y establecer criterios para focalizar el esfuerzo en lugares que requieran AS, pero cuidando siempre que haya reciprocidad proyecto-socio. Luego, como se sigue de la literatura, es importante cuidar simultáneamente la calidad del servicio y la de los aprendizajes logrados por los estudiantes, y en esto los socios son clave (Tapia, 2006).

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