Aprendizaje Servicio en la Educación Superior Chilena
190 Para abordar tales retos de manera exitosa, el MEI destaca la metodología de Aprendizaje Servicio como una instancia formativa esencial, puesto que apunta a la formación profesional de los estudiantes, al mismo tiempo que promueve el desarrollo de las comunidades, organizaciones y/o instituciones que participan en estas iniciativas (Nieves, 2013; Jouannet, 2013). Es importante destacar, de todos modos, que la institucionalización del AS no es solo asunto de declaraciones en los modelos educativos y de enunciado de valores en la estrategia institucional (Furco et al, 1998), sino también de la materialización de una estrategia de acción institucional a largo plazo. En este sentido, estimamos que si logramos que el AS empalme con iniciativas más allá de la universidad misma, como Superación de la Pobreza, economías alternativas, Enseña Chile, Servicio País o desafíos del milenio de las Naciones Unidas, entre otros, tendremos respuestas para los estudiantes que hayan pasado por nuestras aulas y nos pregunten: “Y después, ¿qué?” ¿Qué les vamos a decir? En este sentido, tenemos la convicción de que el Aprendizaje y Servicio no se puede desarrollar plenamente sin la generación, mantención y articulación de redes formales e informales de colaboración al interior de la universidad y de ésta con su entorno. Sin embargo, sigue siendo necesario fortalecer los mecanismos institucionales formales de vinculación entre socios comunitarios y proyectos de AS, que sean compatibles con los intereses de accountability social de la universidad. Nuestra experiencia nos ha indicado que es clave saber dónde alojar el AS a nivel institucional. En el caso de otras universidades, observamos que inscribir el AS solo bajo el alero de la docencia pone en peligro su carácter transversal, interdisciplinario e integrador de la articulación curricular y el interés de la universidad como agente de cambio social. Por otra parte, existen al menos cinco barreras para la institucionalización de la metodología del AS que nuestra red interna reconoce como tales. Primero, la actividad requiere de los alumnos mayor tiempo de visitas a terreno, por lo que los curriculos existentes deben ser justificados y ajustados en términos de créditos transferibles. Esto no es sencillo si se tienen en cuenta las presiones, desde los sistemas de acreditación, para acortar las carreras de pregrado. Segundo, los profesores no reciben estímulo alguno para llevar sus cursos al enfoque del AS. Los actuales esquemas de incentivo y evaluación del desempeño de los académicos tienen su foco, principalmente, en la investigación y no en la extensión o vinculación con el medio, que son áreas más afines, aunque no exclusivas, al AS. Tercero, faltan vinculadores (brokers sociales) que establezcan una instancia eficaz y organizada de gestión de los vínculos, que permita albergar un conjunto de socios comunitarios concretos y conectarlos con un grupo de profesores que imparten asignaturas de AS. Cuarto, aunque existen los proyectos de innovación docente (PID), sus recursos no son suficientes, en muchos casos, para costear transporte y seguros de accidente para los alumnos que van a terreno. Sin ese tipo de resguardo y fondos, la universidad corre el riesgo de hacer del AS una mera declaración de
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