Judith Butler en Chile y en la Chile

CONVERSATORIO “PALABRAS PÚBLICAS” diferencia por mandato bíblico o una diferencia natural?”. Ella dijo: “Es una diferencia natural, definida por la Biblia”. No supe si me estaba criticando desde el punto de vista de la religión o desde el punto de vista de la ciencia… Después le pregunté: “¿Has leído algo de lo que he escrito?”. Y ella dijo: “¡No! Nunca podría leer un texto así”, y ese fue el fin de nuestra conversación. La anti ideología de género trata al género como un fantasma político y la única manera de acabar con un fantasma es someterlo a la realidad de forma len- ta pero segura. El género funciona como abreviatura de todo un conjunto de problemas morales, religiosos, ideológicos y sexuales. Quizás podríamos com- batir el discurso de la ideología de género ridiculizándolo con una caricatura, pero esto tiene que ser hecho por artistas de performance, gente que trabaja en los medios de comunicación, que tiene sentido del humor y un profun- do sentido del compromiso político. Yo creo que debemos contra-argumentar intelectualmente afirmando, por ejemplo, que no existe una sola teoría de género. Hay una teoría de género performativa, relacional, interseccional, ma- terialista, etc. Hay un sinnúmero de puntos de vista sobre el género, desde la sociología, desde el psicoanálisis, desde la política pública, etc. Así que, de alguna manera, tendríamos que desarmar públicamente cada una de las falsedades que alimentan el fantasma político del género para esta ex- trema derecha. Hay que destacar las diversas teorías feministas para mostrar que constituyen un aporte muy vasto y plural desde los estudios de género, de género y raza, de género y colonialismo, de género y anticapitalismo, etc. Necesitamos desplegar la complejidad del feminismo a través de una diversi- dad de argumentos que son académicos y políticos. Es importante relevar el hecho de que el feminismo es un campo de pensamiento complejo atravesado por conflictos teóricos, con paradigmas en disputa. Hay que hacer valer esta complejidad de la teoría feminista contra el fantasma del género que proyecta la anti ideología de género cuyos defensores quieren empujarlo todo hacia atrás sin haber leído nada, debido al miedo que tienen a la desestabilización crítica de la teoría. Algunos dicen que, tal como vamos, “ya no habrá hombres ni mujeres”. Yo no estoy a favor de una prescindencia ni trascendencia del género. El género es parte de cómo se construyen las subjetividades y explora- mos el género, con sus limitaciones y posibilidades. No inventamos nuestros cuerpos de la nada. Nacemos en la historia, en la lengua, en la sociedad, y cargamos con estos relatos y construcciones. La verdad es que es muy com- plicado saber bien cómo luchar eficazmente contra los que atacan a la ideo- logía de género. Sin duda que ha sido un problema en América Latina asistir al reemplazo sistemático de lo que representó la teología de liberación por el conservadurismo evangélico. Pero tal como en distintas partes del mundo hay organizaciones católicas de derecha, existen actualmente asociaciones de gays y lesbianas cristianos y cristianas. Hay organizaciones religiosas que son feministas y están luchando contra las iglesias desde adentro. Si hablamos de una emergencia masiva del feminismo, tendríamos que refe- rirnos también a Me Too, que ha sido importante en varias dimensiones. Pero debemos reflexionar bien sobre lo que ocurre: una mujer se presenta a los medios de comunicación y nombra a su agresor, testimonia lo que le sucedió y acusa a la persona frente a la comunidad con el riesgo de que se utilicen los medios de comunicación como un tribunal público de juicio y castigo. El problema es que podríamos seguir acumulando así una serie de casos indivi- duales sin acceder a un análisis más global de cómo diferentes sistemas (el educativo, el laboral, etc.) generan desigualdad, violencia y abusos. Así que

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