Judith Butler en Chile y en la Chile
74 – – 75 para derrotar a un movimiento político basado en el odio es, sin duda, no reproducir el odio. Tenemos que seguir encontrando formas de oposición que no reproduzcan la violencia de aquellos a quienes nos oponemos… Deberíamos encontrar una ma- nera de incorporar en nuestra práctica el rechazo a normalizar e intensificar la violencia en este mun- do” 31 . Desplazar, intercalar y rotar marcos de aparición En su inigualable libro Marcos de guerra. Las vidas lloradas (2010), Judith Butler analiza la función del “marco”, que consiste tanto en exhibir una escena dotándola de visibilidad (el adentro que se deja en- cuadrar) como en invisibilizar el conjunto de nor- mas y criterios relegados al afuera de sus bordes de representación que, sin embargo, controlan la escena. Podría decirse que Judith Butler ocupa el feminismo para interrumpir, descolocar o fisurar los “marcos” de lenguaje y sentido que arman las visiones de mundo dominantes (patriarcales, co- loniales, imperialistas, fascistas, etc.), tornando explícitas las máquinas de poder y sometimiento que operan laboriosamente desde su oculto “fuera de marco”. Más que enmarcarse en el feminismo, Judith Butler se desplaza entre el adentro y el afue- ra de los marcos que limitan y recortan los campos de discursos para otorgarle al feminismo una sin- gular potencia de desplazamiento y de emplaza- miento tácticos. Inmediatamente después de su visita a Chile, Judi- th Butler participó del Coloquio Internacional “La memoria en la encrucijada del presente. El pro- blema de la justicia”, que tuvo lugar en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (8-9-10 de abril de 2019) 32 . Frente a un público multitudinario y junto con Eduardo Jozami, coincidieron en una solemne mesa de cierre Judith Butler y Estela de Carlotto, luego de que las Abuelas de la Plaza de 31 Enrique Díaz Álvarez: Entrevista con Judith Butler. El poder político del duelo público . Revista de la Universidad de México. Mayo de 2019. 32 El Coloquio fue organizado por el International Consortium of Critical Theory Programs (University of California, Berkeley), codirigido por Judith Butler y Penelope Deutscher. Participaron de su diseño: Leonor Arfuch (Argentina) y Nelly Richard (Chile). Mayo hubiesen anunciado la identificación y res- cate de la nieta N° 129 robada durante la dictadu- ra. Judith Butler, visiblemente emocionada por la circunstancia, eligió poner en reserva el “marco” del feminismo (ella no habló explícitamente so- bre feminismo, aunque sí habló feministamente al denunciar la alianza criminal entre el patriarcado y el neoliberalismo) para dejar así que el “marco” de los derechos humanos pudiese encuadrar, con absoluta gravedad y nitidez, sus reclamos de ver- dad, justicia y reparación. Judith Butler atendió la prioridad de esta demanda tomando en cuenta los tiempos indiferentes y crueles que afectan a Argentina y otros países, sabiendo que hace falta levantar un resguardo ético frente a la borradu- ra del pasado y la conformación neoliberal de un tiempo sin historicidad ni moral. El abrazo entre Estela de Carlotto en representación del nunca más y Judith Butler, que hizo valer su solidaridad norte - sur con el Ni una Menos (así lo anotó Luis Ignacio García), fue el ejemplo más conmovedor de cómo el feminismo es capaz de levantar “el de- safío de nuestro tiempo que consiste en que los distintos marcos de la izquierda se cuestionen y alteren entre sí ” 33 . Y, también, de cómo la intelectualidad crítica de Judith Butler –desde la filosofía política, la teoría feminista, las humanidades, el activismo social– se ocupa de intercalar sucesivos marcos de reflexión, sensibilidad y pensamiento para que la relación ente el afecto y el juicio se haga visible como “una práctica de índole ética y política” 34 . 33 Ibid. 34 Marcos de guerra. P. 29.
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