Judith Butler en Chile y en la Chile
INAUGURACIÓN DEL AÑO ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE Al mismo tiempo, toda su pródiga obra, rica en proposiciones y provocaciones, fina y sensible, vi- brante de notable inteligencia y afectividad, repre- senta también una contribución absolutamente decisiva a las humanidades, hoy, a su estatus y sus perspectivas, a las condiciones restrictivas bajo las cuales tienen hoy que desenvolverse en el formato actual de la institución académica neoliberal. Ayer, en la inauguración de CIEFAH, Judith Butler ofreció una conferencia sobre “Crítica, disenso y el futuro de las humanidades” que hizo hincapié en estos aspectos. Tenemos múltiples evidencias de cómo hoy las humanidades son acosadas en muchos países del mundo, tanto en aquellos en que se han hecho del poder político fuerzas rabiosamente conservado- ras, bajo lemas que dan por naturales conviccio- nes ideológicas sobre la familia, la sexualidad, la raza, la clase, como también en aquellos en que dominan sectores cuyo discurso y cuya acción tie- nen características decididamente fascistas. La diferencia entre unas y otros es borrosa, difícil de establecer, porque la coincidencia en prejuicios, credos, actitudes y odiosidades es extensa, y en verdad comparten algo más profundo: comparten el miedo a lo diverso y lo diferente, y nada es más peligroso que el miedo cuando tiene poder. No solo lo sabemos por los testimonios que la historia nos alcanza. Lo sabemos en carne propia, porque esa carne lleva las trazas, las llagas y las marcas de nuestra propia historia, inscritas como hendiduras en la biografía de nuestros cuerpos, de nuestras al- mas. Pero no se trata solamente de situaciones flagran- tes. El estado general de cosas es adverso a las hu- manidades precisamente por las características estructurales que determinan ese estado. Las humanidades son molestas hoy, aun en su mero ejercicio erudito, y cuanto más si –inevita- blemente– se ven llevadas a pronunciar juicios crí- ticos sobre los contextos en que son cultivadas. Por eso son, también, inevitablemente políticas, o bien les cabe una responsabilidad política que es abso- lutamente inexcusable. Su vocación crítica obliga a quienes han hecho de ellas tarea de reflexión, de conocimiento y de vida, a ser conscientes, a tener lucidez acerca del hecho de que esta decisión tiene hoy –y en verdad ha tenido siempre– un sentido y un alcance políticos. “Tenemos múltiples evidencias de cómo hoy las humanidades son acosadas en muchos países del mundo, tanto en aquellos en que se han hecho del poder político fuerzas rabiosamente conservadoras, como también en aquellos en que dominan sectores cuyo discurso y cuya acción tienen características decididamente fascistas”.
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