Judith Butler en Chile y en la Chile
30 – – 31 para juzgar bien, y este precepto educativo no es lo mismo que adoctrinamiento. Afirmar la com- plejidad sexual o las variaciones en el espectro del género no es, ciertamente, algo destructivo; de he- cho, es oponerse a que las restricciones en curso impidan a tantas minorías sexuales y de género buscar una vida vivible. ¿Es el “género” un signo de que la academia ha sido contaminada por la po- lítica? O bien el “género”, como concepto y como campo, nos permite imaginar y afirmar modos de libertad encarnada que disienten de las normas dominantes y tradicionales, pero que no por esa razón quieren destruirlas. Lo que es crítico a pro- pósito de los estudios de género, del feminismo, y también de los modos de conducir el trabajo LGB- TQ que intersecta con la raza, el colonialismo y la crítica del capitalismo es que estas son formas de conocer que buscan hacer posibles modos de vivir “Afirmar la complejidad sexual o las variaciones en el espectro del género no es, ciertamente, algo destructivo; de hecho, es oponerse a que las restricciones en curso impidan a tantas minorías sexuales y de género buscar una vida vivible”.
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