Notas sobre arte y movimiento social [1973-83]

6 a lo efectivo de su interpelación simbólica, alienta una ten­ dencia a buscar formas de articulación de carácter general (na cionales, en lo posible ) y a dar a los discursos artísticos un tono de denuncia de la realidad vigente. A este movimiento artístico concurrían, ya, reivindicaciones y anhelos de muy diversa índole: para los artistas profesionales significaba un espacio de creación y difusión, al tiempo que espacio de reivindicación de sus demandas históricas, negadas por el régimen: libertad de expresión y creación, acceso al es pació público, protección y fomento del arte nacional, etc. Pa ra los sectores de base, era también un espacio donde canali - zar sus demandas culturales y reivindicaciones en general. En este instante, lo artístico seguía desempeñando un papel de a- glutinamiento simbólico y espacio de congregación, pero ya no sólo con un carácter "defensivo", sino como elemento activo de transformación del orden vigente. La etapa, que se ha llamado de "auge" del movimiento artísti- co-cultural, no es sino la continuación de esta tendencia de mantención de identidades históricas, en la medida en que las formas de acción y el tipo de expresión artística correspon - den,más o menos, a las formas de acción y expresión tradicio­ nales: a una tendencia asociativa y expresiva que es la "re­ acción" frente a la negación oficial, le sigue una tendencia reivindicativa que se plantea más abiertamente en oposición a aquella. En este sentido, este período (1976-1979), no marca gran diferencia con el anterior: es más bien su continuación lógica. Sin embargo, este "movimiento cultural", con carácter de "fren te artístico opositor", sólo alcanza a esbozarse. Pronto co

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