Educación para la TV

Este relato nos deja frente a varias constataciones y una inte­ rrogante. En primer lugar se constata que la T V , manejada por la lógica comercial, asume la producción de musicales naciona­ les sólo según sea su posibilidad de venta: una vez que ésta ha bajado., se desechan. En segundo lugar, se verifica la copia de esquemas extranjeras, lo cual tiene importantes consecuencias que veremos más adelante; y, en tercer lugar, cace preguntarse si el boom de musicales televisivos implicó un fomento a la crea ción musical nacional. 2. La TV como medio Difusor de Música. 2.1. La imagen y la Música. La TV no es el medio más adecuado para transmitir música, por razones semióticas: a) La TV no soporta la reiteración, lo que limita su ca­ pacidad de formar gustos y de transmitir gran canti - dad de música. Para entender ésto, basta imaginarse la emisión por TV de una canción interpretada por el mismo cantante 3 veces al día ( lo cual ocurre, sin problemas, en la radio ) o una programación que inclu ya 6 o 7 horas diarias de musicales. b) En la medica en que la TV es ií¿;agen lo cent ral está en el aspecto visual. Esto, que por un lado puede ser en riquecedor del mensaje musical, puede --y de hecho es — un factor de exclusión muy importante. En cuanto el mensaje visual es relevante, todo aquello que no se M e a " tienae a ser excluido. Un cantante de figura pc> co atractiva^ que no proporcione un espectáculo visual agradable, tenderá a quedar fuera de la TV. Ilustrati vo al respecto es el ejemplo de José;Feliciano, a quién la TV americana tuvo que "refüraar1 para presentar en cámara; o una anécdota nacional: hace unos tres años, un compositor ciego reclamó públicamente que, aún que­ dando su canción seleccionada para un show televisivo, se le excluyó .de...ése e por su físico . Aún cuando estos son ejemplos extremos, es indudable que la existencia de imagen impone ciertos cánones que poteneialmente ex cluyen a quienes no cumplen con ellos.

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