Magdaluna
De pronto, Magdalena comenzó a balbucear sus impaciencias: –Mamá, es que quiero ir mas veces al parque contigo y visitar a la tía Banana… y quiero jugar con mis amigos y también quiero comer naranjas. La mamá asombrada, le dijo: –Pequeña, todo lo que quieres lo hacemos siempre… ¡cuéntame la verdad de tu corazón! La niña se quedó callada, mirando a su mamá con grandes ojos expectantes, y le contestó tímidamente: –Mamá, es que quiero que subamos a la luna. Allá nadie va a interrumpir nuestras charlas…
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