Magdaluna

Nadie sabe muy bien qué pasó. Quizás fue una picadura de abeja, quizás un dolor de estómago o quizás fue un viento misterioso. Repentinamente, la pequeña se sintió alterada y su humor poco a poco comenzó a volverse gris. La abuela Momo, cuando se sentía malhumorada, comía manzanas con miel y listo, pero esa pócima mágica no hacía efecto en Magdalena.

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