Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
98 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan consideran fundamental tener a quién traspasarles las enseñanzas que a ellos les otorgaron. Asimismo, en un afán por reafirmar la condición heterosexual, se concibe a la homosexualidad como algo distante y no explorado, se les rechaza en tanto produce contradicciones en los jóvenes y se consideran como una constante amenaza, se re- pudia en su condición de lo abyecto (Fuller, 1997), por ello se esfuerzan por demos- trar que no son así. Son vistos como hombres (similares a ellos) sin las características innatas de lo viril, por lo tanto pasivos, desde aquí la contradicción y la intimidación permanente que les provoca en su conformación de identidad. “A mí no me gusta que exista este tema de la homosexualidad y toda la cuestión, o sea no se si no me molesta, que exista, ya que alguien es homosexual, yo converso con él y toda la cuestión, pero al momento que lo resaltan, al momento que esto se va como poniendo cada vez más común que se está dando en todos lados es una cuestión que me llega a dar miedo ¿cachai?, al punto de que todo se esté transfor- mando” (Francisco) Por último, les parece fundamental manifestar que no dependen de otros/as (autosu- ficiencia) para mantener una imagen de prestigio e independencia, entendido como un rango de estatus que les otorga poder frente a otros, en tanto sean capaces de dejar huella (ser importantes) y ser recordados como aportes. De este modo, la constante tarea de mantención de cierto prestigio e imagen en función a lo mencionado recae en cuerpos masculinos transformados en instrumentos para hacer, que se definen des- de la conservación de distancia que requiere todo varón, impidiéndoles la expresión de temores y afectividades, obligándolos a negar todo lo considerado pasivo. Con esto, los varones jóvenes están en una constante tensión entre transfor- maciones a las lógicas patriarcales y cristalizaciones de un sistema de pensamiento que los domina. En este escenario, se maneja un discurso en el que intentan alejarse de concepciones tradicionales, no obstante, éste es utilizado en gran medida para mantener una apariencia socialmente aceptada, ya que no es considerado correcto definirse desde lo machista por lo que contantemente están excusándose al darse cuenta que reproducen en sus discursos estas concepciones. De este modo, la cons- tante búsqueda de reconocimiento los atrae hacia un discurso correcto que se ve mermado cuando se contrasta con sus concepciones y acciones puestas en situacio- nes de igualdad de género, en otras palabras, los jóvenes transitan constantemente entre lo que se espera de ellos, lo aprendido y sus proyecciones. “No me gustaría que “oye tu mujer trabaja re bien”… no, prefiero que sea en dife- rentes profesiones, que tenga otra área. No me gustaría que, como que me puedo
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