Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

62 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan Algunas preguntas necesarias para trabajar desde una perspectiva crítica la idea de género y/o diferencias sexuales 11 serían: ¿cómo se han fijado los significados de “mujeres” y “hombres” en el discurso?, ¿cuáles son las contradicciones inherentes a ellos?, ¿cuál es el término que resulta excluido?, ¿qué variantes de la “femineidad”, vivenciadas subjetivamente, han sido evidentes en diversos “regímenes de verdad”? (Scott, 2008: 15) Bajo esta misma idea Scott (1992) introduce la noción de experiencia, enten- diéndola desde el proceso histórico que a través del discurso y la posición la produ- cen. La propuesta es historizar la experiencia y las distintas identidades que constru- ye. Lo cual se relaciona con una idea planteada anteriormente por esta autora 12 , que consistía en historizar las representaciones de género y examinar cómo se fundan las identidades de género. Cabe entonces preguntarse ¿cómo historizar la experiencia?, ¿cómo estudiar las identidades sin esencializarlas? Se debe buscar comprender las operaciones discur- sivas cambiantes y complejas por medio de las cuales las identidades son adscritas, resistidas y aceptadas, viendo cómo se disputan estas identidades en el campo social y político (Scott, 1992). Para realizar lo anterior, la emergencia de conceptos e identidades se entienden como eventos históricos, lo que necesariamente lleva a asumir que las identidades no son inevitables o determinadas. En este sentido, Scott (1992) toma la perspectiva genealógica desarrollada por Michel Foucault, que busca comprender la emergencia de conceptos, moral e ideas como acontecimientos en el escenario de los procesos históricos. Lo cual implica atender a la procedencia y a la emergencia; lo primero, significa localizar estos acontecimientos, “seguirles el hilo”, mientras la emergencia se refiere a las condiciones de posibilidad de los discursos y las fuerzas en pugna que se despliegan en éstos (Foucault, 1997). La noción de experiencia sirve para entender cómo se han ido constituyendo las distintas identidades de las mujeres y en específico de las mujeres jóvenes histórica- mente, en un rango acotado de posibilidades, junto con relevar la importancia de la estructura y sus cambios. 11 El género en la década de 1990 dejó de sorprender y se pasó a entender como sinónimo de muje- res de las diferencias entre los sexos, del sexo. Casi nunca se refiere al conocimiento que organiza nuestras percepciones de la “naturaleza” (Scott, 2008: 15) Por lo mismo, Scott ya no habla de género sino que de diferencias sexuales porque el género se volvió una categoría estable (discursivamente) se entiende igual que mujeres, que roles sexuales y que sexo, por eso ella ahora busca comprender cómo se construyen las diferencias sexuales. 12 Esta idea de mirar el género de manera interrelacionada la propone Scott en el artículo original “Gen- der: A Useful Category of Historical Analysis,” del año 1986, mientras que el artículo “Experience” es del año 1992.

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