Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
Lo juvenil y el género: pistas para su abordaje – 61 3.1.2. La perspectiva de género en la tercera ola del feminismo: re-pensando la relación entre estructura, experiencia y agencia En la tercera ola del feminismo 8 dos aspectos son cruciales. Primero, se cuestionan las perspectivas, conceptos y teorías desarrollados en la segunda ola del feminismo, porque quienes las pensaron – feministas de la segunda ola – lo hacen desde una posición particular, que mayoritariamente corresponde a la de mujeres blancas, clase alta o media, de países centrales 9 . Quedan en los márgenes, aún sin voz y sin teorías que logren dar cuenta de sus problemáticas, las sujetas y los sujetos que cruzan su posición subordinada con otras posiciones subordinadas como ser pobre, de raza negra, indígena, también se suman homosexuales, transgéneros, entre otras y otros. Segundo, algunas teóricas rechazan el universalismo de la categoría “mujer” y la idea que comparten un conjunto de experiencias comunes, pero no descartan el concepto de experiencia. Aún consideran clave el observar las experiencias persona- les para conocer cómo el mundo opera. Es más, las historias personales constituyen uno de los sellos distintivos de la tercera ola del feminismo (Snyder, 2008). En este marco académico consideré relevante la propuesta de tres teóricas del género: Scott 10 (1992, 2008) McNay (2004) y Risman & Davis(2013), a las cuales sitúo en la tercera ola del feminismo porque critican, complejizan y sintetizan las perspectivas previas de género. Junto con ello, buscan dar respuesta a problemas no resueltos por las teóricas de la segunda ola y lo hacen pensando en sociedades cada vez más complejas. A lo que se suma que Scott (1992, 2008), McNay (2004) y Risman &Davis (2013) toman ideas de teóricos como Foucault; Butler; Bourdieu y Giddens. Joan Scott (2008), desde la historiografía, plantea que estudiar el género implica cuatro elementos interrelacionados: primero, símbolos que invocan representacio- nes distintas e inclusive contradictorias, las preguntas claves serían ¿qué representa- ciones sociales se invocan?, ¿cómo? y ¿cuándo? Segundo, los conceptos normativos sobre estos símbolos. Tercero, desbaratar la idea de permanencia intemporal de las representaciones de género, es decir, historizarlas . Cuatro, examinar cómo se cons- truyen las identidades de género. 8 En el año 1995 se pueden localizar los primeros libros que corresponderían a la tercera ola del femi- nismo, muchos de estos estudios se centran en iconos mediáticos, imágenes y discursos más que en teoría feminista o política, lo cual lo hace difícil de comparar con la segunda ola (Snyder, 2008). 9 De acuerdo a Snyder (2008) esta idea corresponde más bien a una caricatura de la segunda ola, pero que ha servido como punto de diferenciación para las feministas de la tercera ola respecto a sus antecesoras. 10 Joan Scott desarrolla sus propuestas teóricas más influyentes en la década de los ochenta y noventa, si se considera el eje temporal, entonces habría que ubicarla en la segunda ola del feminismo, ya que la tercera ola comenzaría recién en el año 1995. Sin embargo, sus postulados teóricos e influencias son más cercanos a la tercera ola ya que cuestiona el concepto de género, es más deja de utilizarlo por considerarlo una categoría estabilizada discursivamente (Scott, 2008).
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