Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
44 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan La apertura que hace este hallazgo refieren a que, al cerrar la observación sobre adultocentrismo, como si se tratara de una cuestión entre individuos – en su expre- sión solo situacional – y no en su carácter sistémico – con sus expresiones institucio- nales y estructurales – se pierden capacidades explicativas de los modos de dominio que ocurren al interior de las generaciones o si se quiere de grupos de edad semejan- tes o sujetos/as con similar posición en la estructura del ciclo vital 8 . Este planteamiento permite dar cuenta de la fortaleza del dominio adultocén- trico y su despliegue en todos los ámbitos de lo social, así como de la intensa asimi- lación de quienes aparecen como primeras víctimas de dicho dominio, pero cuyos despliegues han de ser observados en la complejidad de su constitución (Bourdieu, 2000). A partir de lo debatido hasta ahora, actualizo la conceptualización de adulto- centrismo de la siguiente manera: El adultocentrismo refiere a una categoría de análisis que designa un modo de or- ganización social que se sostiene en relaciones de dominio entre aquello que es forjado como adultez, impuesto como referencia unilateral, respecto de aquello que es con- cebido como juventud (también niñez y adultez mayor). Dicha noción de adultez, está fundada desde una cierta idea de lo que la mayoridad – mayor edad – implica en estas relaciones sociales, que se sostienen sobre la construcción de minoridades – menor edad – 9 . Sistema de dominio, paradigma y ejes de análisis le dan forma a esta categoría que expresa asimetrías relacionales en el orden social impuesto, que se producen en una trama de factores diversos y con funciones distintas en cada modo de pro- ducción y formación social específica, esto implica que en cada proceso social se materializa de forma diferenciada. Es decir, el adultocentrismo condensa, en tanto categoría, relaciones de poder de quienes portan la mayoridad sobre otros/as sin poder. De igual manera, esta categoría se operacionaliza a través de tres dimensiones que la componen. Un imaginario social que impone una noción de la adultez como punto de referencia para las y los diversos sujetos sociales, en función del deber ser, de lo que ha de hacerse y lograr, para ser considerado en la sociedad, según unas esencias delimi- tadas en el ciclo vital – tanto de adultez, como para otros momentos de este ciclo vital –. Estas delimitaciones se sostienen sobre la reificación del ciclo vital y se consolidan 8 De manera similar a como se constata en la investigación contemporánea el ejercicio de dominio patriarcal entre varones en contexto patriarcal (Bourdieu, 2000; Duarte, 2005a). 9 Como señalé antes, no abordé en este capítulo lo referido a la doble conceptualización de: unos imaginarios que se expresan en paradigmas que las ciencias sociales reproducen y cuestionan en sus ejercicios de producción de conocimientos, y unos ejes de análisis que permiten interpretar la realidad social a partir de las semejanzas/diferencias de género, generación, clases, razas, y territorios en la relaciones sociales.
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