Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
Genealogía del adultocentrismo. La constitución de un Patriarcado Adultocéntrico – 43 imaginarios religiosos en la constitución de este aspecto de la vida social y juvenil, dada la marca sobrerrepresiva que desde ellos se imponen. De igual manera, las in- fluencias que tienen los medios de comunicación y la publicidad, en tanto se han vuelto dispositivos privilegiados para la cosificación sexista de los cuerpos juveniles, en especial en lo referido a la pornografía e idealización de ciertas estéticas de belleza y lozanía. En estas experiencias de socialización, se les impone a las y los jóvenes un con- junto de normas que constriñen sus posibilidades y que le aseguran a dicho orden su reproducción sin transformación. Dichas imposiciones se centran principalmente en la represión de sus energías libidinales y por lo tanto se sostienen en la castración de su sexualidad como gratificación, encuentro y despliegue humano. Más bien que- dan asociadas – especialmente para las mujeres jóvenes de sectores empobrecidos – como experiencias de violencia, frustración y autocompasión (Gallardo, 2014). Una de las explicaciones posibles a la ausencia de esta dimensión, en mi propia perspectiva es la primacía otorgada a las cuestiones estructurales-institucionales y los asuntos del orden de lo simbólico-imaginario en los análisis sociales, perdiendo de vista la necesaria consideración de la corporeidad que estos diversos fenómenos asumen en lo social. Con todo, lo corporal-sexual ha de ser considerado como una dimensión rele- vante en la conceptualización del adultocentrismo, tanto en su vertiente de sistema de dominio, como de imaginario que provoca la construcción de un cierto paradig- ma y como eje de análisis, en especial en lo que refiere a la vinculación entre género, generación y clase. 4.4. Conceptualización actualizada de adultocentrismo A partir de lo planteado hasta aquí, ha de tomarse en consideración, que la asimetría que condensa el adultocentrismo no refiere sólo a adultos y jóvenes, como indivi- duos concretos, sino que alude a las construcciones sociales que sobre adultez y lo juvenil se han venido realizando. Ellas a su vez expresan las condiciones de mayori- dad y minoridad que para cada una se ha impuesto. Es decir, propongo pasar de la elaboración original que se expresaba así: [adulto + – - – joven – ] (Duarte, 1994), a una que se plantee como: [la adultez + – - – lo juvenil – ] cuando se trata de ex- presar los imaginarios, las condiciones materiales y las corporeidades que ordenan normando las relaciones sociales y las posiciones en las instituciones y estructuras. Además, propongo considerar que la expresión asimétrica que globaliza lo con- ceptualizado es la que se puede expresar de la siguiente manera: [la mayoridad + – - – la minoridad – ], y que ella aporta a la consideración de la existencia de domi- nio adultocéntrico al interior de una misma generación, cuando por ejemplo este se verifica entre jóvenes o entre adultos/as, en la niñez o en la vejez.
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