Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
36 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan primeros se les concibe como en ‘preparación hacia’ el momento máximo y a los últimos se les construye como ‘saliendo de’. De igual manera, este imaginario que invisibiliza los posibles aportes de quienes subordina, re visibiliza pero desde unas esencias (que se pretenden) positivas, cristalizando nociones de fortaleza, futuro y cambio para niñez y juventudes”. (Duarte, 2012; 15-16). De esta manera, en este texto lo profundizo sobre, al menos, tres ejes: 1. La adultez es concebida como una esencia. Si bien en la genealogía no se ob- servan desarrollos específicos respecto de esta categoría, señalo – desde esa ausencia – al menos dos ideas fuerzas: la primera refiere al carácter acientí- fico de esta noción, que aparece utilizada sin reparos en diversas fuentes; se asume lo adulto como una noción unívoca socialmente, no se la interroga, ni cuestiona, y su carácter de producción social y cultural no es abordado en los análisis 5 . De esta manera, la adultez es imaginada como un atributo dado, una cuestión natural que no posee caracteres sociales y culturales. Las perspectivas teóricas que sostienen el imaginario adultocéntrico, se basan en las conceptualizaciones de niñez y de juventud, de esta manera por au- sencia de explicitación, van definiendo lo adulto como lo contrario a aque- llo que sí se pone de manifiesto. Las conceptualizaciones que se refieren a adultez, son aquellas utilizadas desde la biología que señala a la adultez como el momento en que los organis- mos vivos alcanzan la capacidad fisiológica de reproducirse – que en rigor en los seres humanos es desde la pubertad –; pero, a partir de la cual se construye la idea de que ese sería el estado de mayor desarrollo, de plenitud física y men- tal, y de desarrollo total de la madurez y otras capacidades humanas como: responsabilidad, conocimiento, autocontrol, reflexividad, entre otras. Se fortalece lo anterior con la idea económica de adultez, que implica hacerse parte del sistema de dominio como un productor eficiente, sin cuestionar el conjunto de normatividades que este impone para su regula- ción. Así, hacerse adulto/a, como quien está integrado/a sistémicamente se transforma en aspiración. La segunda idea fuerza es que, en lo relacional, su carácter de polo do- minador de la asimetría , la adultez y las/os adultas/os son concebidos so- cialmente – por imposición auto producida – como el universal utópico a lograr por cada individuo en su desarrollo vital. Esta consideración es la 5 Etimológicamente, adulto proviene del verbo adolescere , que significa crecer o el que está creciendo. Al conjugarle desde el participio pasado del verbo adultum , significa: el que ha terminado de crecer (Corominas, 1987).
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