Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

32 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan 3.5. La condición sexual en el dominio Uno de los ámbitos donde comienzan a actuar estas construcciones simbólicas, son el de las prácticas sexuales. El desarrollo de la ideología patriarcal, como ya expuse, se sostiene a través de la imposición de normas y castigos a su no acatamiento, así sur- gen clausuras que el mundo adulto va colocando a las personas consideradas meno- res, que le permiten ordenar bajo sus intereses la organización de sus comunidades y de sus sistemas sociales. Desde ese contexto, comienza a instalarse la sobre represión sexual que ha carac- terizado a muchas sociedades y que posee un origen histórico. “No existen otros recursos, para conservarse, que producir y desarrollar una ideo- logía que imponga la autoridad. La religión, la magia, los ritos, el terrorismo su- persticioso infligido a los subordinados, a los jóvenes y especialmente a las mujeres púberes, se incrementan: las prohibiciones sexuales y los castigos por su violación se multiplican adquiriendo un carácter absoluto. La endogamia se convierte en inces- to, la prohibición en proscripción” (Meillassoux, 1982; 71). Para niños y niñas sus posibilidades autónomas de decidir desde qué momento co- menzar a ligarse sexualmente tendían a cero, pues eran los actores del mundo adul- to los que definían tales procesos, y dedicaban una cantidad importante de energía a organizar sus posibles vínculos, a través de los subsistemas de parentesco y tran- sacciones económicas que he mencionado. La heteronormatividad patriarcal tiene fundamentos en este tipo de organización autoritaria, en tanto el grupo necesitaba reproducirse, era a ello a lo que había que dedicar las energías sexuales. De esta manera, la ritualidad que coincide con la experiencia de la pubertad, más que marcar una inclusión social – imagen que se sigue utilizando hasta el día de hoy, para señalar la tarea societal de las y los jóvenes –, establecía el inicio de una función socialmente necesaria que era la reproducción sexual. Para esta función ya venían siendo preparados, y más bien lo que cada agrupamiento establece es el mo- mento en que ha de ocurrir y las características del vínculo sexual. Las vinculaciones aleatorias fueron mutando y se tendió a estructuraciones que se trasformaron en normativas –a partir de estrategias de represión adulta –, lo que es parte instituyente del nacimiento de las nuevas sociedades. Se trataría de un pro- ceso de hacerse adultos/as y de ser reconocidos/as como tales por su grupo. En ese proceso: “Los conflictos entre mayores y menores reflejan siempre una oposición que se sitúa en el interior de un subsistema que se trata, para cada menor, de reconstituir lo antes

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=