Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

El consumo simbólico en personas jóvenes y su pertenencia a los grupos de status – 287 “[Es] también una hueá de status; yo creo que en mi grupo de amigos, o en mi entor- no laboral, es mucho más, no sé po’… alguien que es viaja’o… Al final la gente con la que te codeai’ todos los días es con la que tení’ más cosas en común. Y toda esa gente con la que yo tengo más cosas en común, que son mis amigos y colegas, tienen como esa misma valorización de las cosas”. (Laura, 26 años, arquitecta). La tendencia general que se presenta en los y las jóvenes de primera generación uni- versitaria tiene que ver con el consumo de objetos y prácticas que consoliden su posición social y profesional actual, a través de la reafirmación de ciertos rasgos iden- titarios. En otras palabras, lo consumido y la experiencia vivida hablan de quién se es, y por tanto, permite empatizar con los miembros del estrato sociocultural al cual se desea o se siente pertenecer. 2.1. El desplazamiento como forma de consumo Uno de los aspectos más recurrentes en el discurso de los y las jóvenes que partici- paron del estudio fue la tendencia al desplazamiento. Este concepto refiere a ejercer un distanciamiento espacial de forma intencionada con respecto a ciertos elementos que son particularmente significativos respecto al origen de los y las jóvenes. Por una parte, surge una inquietud de llevar a cabo una separación a nivel local respecto de la localidad de nacimiento, la cual se encuentra en la periferia de la ciu- dad, y cuyos indicadores socioeconómicos son más bien bajos. Comunas como San Bernardo, Copiapó, Maipú, Padre Hurtado, Puente Alto, Pedro Aguirre Cerda, La Pintana son calificados como espacios que se encuentran demasiado retirados de sus intereses, son poco amables, atestados de gente. “Entonces me daba cuenta de que no había cines, de la escasez de acceso a los mu- seos, de una serie de cosas. Entonces ese era el sueño… salir de ahí.” (Catalina, 31 años, doctora © en políticas públicas). Permanecer en el sitio de origen es mantenerse estancado, no avanzar, no progresar. Es compartir el mismo destino plano, sin oportunidades, sin motivaciones. Es ha- cerse parte del embrutecimiento de la vida propia de los vicios, de hacer una familia propia en la casa de los padres, condenándose a seguir viviendo en el mismo sector de por vida. Gracias a la moratoria social, los y las jóvenes pueden disponer de una gran parte de sus salarios –producto de la remuneración derivada de su trabajo profesional– para arrendar en comunas del centro y centro oriente de Santiago. Estas condiciones permiten tiempos de traslado más cortos. Así mismo, dichas comunas son califica- das por aquellos como áreas más cómodas, que ofrecen mayores beneficios como la

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