Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

Genealogía del adultocentrismo. La constitución de un Patriarcado Adultocéntrico – 25 que se hace de la producción económica de las mujeres, de sus capacidades sexuales y reproductivas y de su posición en las estructuras de poder. Así se construye una cierta masculinidad dominante, a través de la cual este sistema alcanza también a algunos varones que poseen poco poder en la estructura, los que también pueden sufrir estas condiciones de dominio por otros varones (Bourdieu, 2000; Duarte, 2005a; Gallardo, 2006; Lerner, 1986). Este sistema patriarcal se ha venido reproduciendo a lo largo de la historia, con articulaciones dinámicas y tendencialmente hacia el empobrecimiento de la mayo- ría de la población y la acumulación de unos pocos por la dinámica conflictiva de clases. A través de miles de años, se evidencian variaciones y énfasis propios de cada contexto y cultura, y con mutaciones, a través de modos de producción diferentes – esclavitud, feudalismo, capitalismo, cada cual con especificidades y dinamismos –, de legitimaciones simbólicas que se actualizan – el machismo como ideología de dominio –, y de métodos de discriminación a las mujeres y a los hombres no hetero- sexuales, para mantenerles en situación de inferioridad y subordinación –heteronor- matividad, homofobia y sexismo – (Sau, 1989). Ha de considerarse que este patriarcado ha sido altamente flexible y ha variado según la época y los contextos. En unos había poligamia y dominio sobre las mu- jeres en harenes – oriente –; en otros, monogamia acompañada de doble estándar sexual que subordinaba a la mujer – antigüedad clásica y su evolución europea –. En los modernos Estados industriales, existe equidad en algunas familias en cues- tiones relativas a la propiedad, sin embargo no es así en aquellas en que los varones ejercen la autoridad paterna de modo patriarcal. Vale decir, las relaciones de poder económicas y sexuales al interior de la familia se modifican en algunas experiencias y en otras permanecen: “no obstante, estos cambios dentro de la familia no alteran el predominio masculino sobre la esfera pública, las instituciones y el gobierno” (Ler- ner, 1986; 119). Esta conformación del sistema patriarcal, sostenido en las claves de sus condi- ciones económicas de producción, de reproducción sexual, institucional y su matriz simbólica, ponen de relieve algunas primeras ideas que muestran cómo se enmarcan las relaciones entre personas consideradas mayores y personas consideradas menores. 3. Vínculos de patriarcado y adultocentrismo. 3.1. La condición biológica y sexual del dominio Una idea fuerza a tomar en cuenta, es que la dominación de las personas considera- das menores, en los grupos humanos originarios, proviene de su condición biológica, que implicaba menor desarrollo físico para ciertas tareas del grupo y posiblemente menos conocimientos de los avances que se fueron produciendo en el paulatino pro- ceso de convivencia con el medio ambiente. Podría decirse entonces que es una do-

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