Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

242 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan O sea, yo de repente habían días que pasaban dos, tres días que no llegaba a mi casa, ya no sé, tres de la mañana a ayudar a unos cabros de otro liceo a tomarse el liceo o a ir a exponer qué se yo, entonces, compartíamos mucho entre nosotros po, junto con ellos se formaban lazos de fraternidad, de hermandad, de buena onda, que esas cosas se dan solamente en esos procesos.” (Manuel, liceo periférico) De igual manera, existieron conflictos al interior de las tomas, ya fuera por dife- rencias ideológicas o producto de desencuentros en la convivencia cotidiana. Sin embargo, a decir de los estudiantes, en los primeros meses de las ocupaciones estas diferencias no eran lo suficientemente grandes para disminuir la motivación ni la participación. Cabe señalar, que la temporalidad que generaron en las tomas, fue un elemento que posibilitó tener un ritmo propio a la organización, tanto en las dimensiones del trabajo y acciones logísticas para las movilizaciones como también en las relaciones de convivencia, incluyendo en esta última dimensión el manejo y la resolución de los conflictos. Con el paso del tiempo, el desgaste de la participación y las medidas implementadas por el gobierno; los temas y asuntos a tratar comenza- ron a ser determinados en gran medida por tiempos externos, generando mayores conflictos y división entre los jóvenes. Sobre esto, no queremos decir que los conflic- tos únicamente se debieron a cuestiones externas a las relaciones de los estudiantes, sino que fueron elementos que influyeron significativamente en la desmotivación y disminución de las acciones. En suma, consideramos que retomar la dimensión afectiva en la movilización y en la participación de los jóvenes en acciones como las ocupaciones, nos permite comprender el sentido y la motivación que ellos y ellas asignan. Igualmente, una mirada a las acciones colectivas desde lo afectivo, permite poner especial atención en la necesidad y la importancia de cuidar el deseo y las ganas de hacer las cosas, lo cual, resulta igual, o más necesario, que cuidar la preparación teórica, ideológica o prácti- ca dentro de una acción colectiva. Ya que se tiene que sentir y querer que el mundo sea otro para poder construir caminos alternativos y atreverse a caminar en ellos. 4. Re-tomando aprendizajes Las tomas de liceos representaron un reordenamiento del espacio en los colegios, generando a su vez un reordenamiento simbólico en cuanto a los significados que las y los estudiantes asignaron al espacio de la ocupación. De esta forma, para estos jóvenes tomarse el colegio significó tener un espacio para organizar su participación en la movilizaciones, para generar propuestas de actividades formativas alternativas, para compartir creencias y expectativas respecto al cambio social, para convivir y conocer más personas y también, un espacio que permitió experiencias de autorre- gulación y autoconocimiento respecto a sus propias habilidades y capacidades.

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