Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

240 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan Por otra parte, en esta forma comunitaria de organizarse, ellos y ellas generaron actividades formativas a las que denominamos: informativas, académicas y cultu- rales. Lo anterior, destaca nuevamente la capacidad de los jóvenes de realizar pro- puestas formativas que consideren sus inquietudes, necesidades e intereses. A través de este proceso de autoeducación, los estudiantes participaron activamente en los contenidos que iban a trabajar; asimismo, reconocieron sus propias habilidades y conocimientos, los cuales, fueron compartidos con sus demás compañeros, creando un proceso de enseñanza solidario. Por lo tanto, la experiencia de ocupación visibilizó la posibilidad de realizar di- versas actividades desde el ámbito educativo en un liceo, abriendo así una lógica de la multiplicidad 4 , donde las acciones emprendidas por los estudiantes sirvieron como potencia para el despliegue de nuevas formas, en este caso de aprender. “También pienso que lo que más influía era el lugar porque uno que ve el colegio como sólo estudios o cosas así, que también se pudiera ocupar para la música y que también pudiera como transformarse para poder ser, dar un ambiente de música y de, de, de guardería y de… cosas para comer también, todas esa situación era, como: ´se pueden hacer hartas cosas en el colegio.´” (Entrevista grupal, liceo emblemático mujeres) 3. El tejido de los lazos y los afectos en la participación En este estudio también recuperamos las relaciones que establecieron las y los es- tudiantes con distintos actores sociales a raíz de su participación en la toma. Igual- mente, destacamos el tipo de relaciones que se formaron, ya fuesen de cooperación o confrontación; donde entendemos ambos términos como polos extremos con dis- tintas posibilidades de relaciones entre ambos. A su vez, consideramos dos sectores para caracterizar estas relaciones, refiriendo al trato con los mundos adultos y con los mundos juveniles. Así, las relaciones donde hubo mayor confrontación fueron con el mundo adul- to, considerando dentro de éste a las autoridades gubernamentales y de los colegios, a los profesores, apoderados, pobladores, entre otros. “Las relaciones malas eran con los adultos, porque la gente adulta jura que al ser más, al ser menor uno no puede pensar, entonces como uno no puede pensar, de- cían: “no, sólo vagos, sólo vagos.” Entonces era como: “Pero…” “No, sólo vagos.” Ni siquiera una descripción, solamente: “vagos.”” (Susana, liceo emblemático) 4 Según Lazzarato (2006) la multiplicidad, posibilita el reconocimiento de las discontinuidades y disyunciones reales en las relaciones, dando lugar a situaciones que exceden a la idea de “totalidad”.

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