Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
El futuro es hoy: perspectivas para el análisis de la okupación en chile – 219 Marta Llobet (2004), señala que la importancia de la autogestión está en el aporte de valores que impulsan un cambio cultural, el que consiste en la creación de una cultura que se construye día a día, basada en la experimentación y en el aprendiza- je de nuevas habilidades, generando y potenciando vínculos de reciprocidad. Estos espacios representan una opción política y una visión de sociedad, pero también en- tregan la posibilidad de desarrollar un proyecto personal en un contexto colectivo. 2. La unidad para la acción: Articulación de la acción colectiva Las acciones colectivas históricamente han sido algo difícil de enfrentar para las autoridades, toda vez que su conformación es una manifestación del descontento social frente a políticas que sienten no los favorecen. Estas irrupciones rompen con el equilibrio y con la sensación de orden y seguridad que todos los gobiernos buscan proyectar, provocando incertidumbre al resto de la población. Las formas de acción son variadas y pueden desarrollarse tanto en el espacio público como en el privado, siendo el objetivo “la interrupción, la obstrucción o la introducción de incertidumbres en las actividades de otros” (Tarrow, 1997, p.22). Uno de los lugares donde se alcanza mayor impacto y resonancia mediática es en el espacio público porque altera el funcionamiento de la ciudad. Es ahí donde con mayor frecuencia se despliegan los repertorios de acción y ocurre el enfrentamiento con las autoridades, es el escenario preferido para desarrollar el juego de relaciones que dan vida a los movimientos sociales. Sin embargo, la disrupción pública no es el único espacio, también se puede trabajar desde el ámbito privado, pues “aunque lo más habitual es que esta disrup- ción sea pública, también puede adoptar la forma de resistencia personal coordinada o de reafirmación colectiva de nuevos valores” (Tarrow, 1997, p.22). Dependiendo de los objetivos, se deberá buscar el escenario más propicio para alcanzar las metas propuestas. En el caso de las okupas el espacio más valioso está en sus casas, transfor- mándose en la trinchera donde rompen con lo establecido, hacen su trabajo y crean redes sociales. Las redes sociales son el puente a través del cual se construye una cultura y la identidad colectiva que da sentido a la acción. Es por esto que en vez de hablar de movimientos, es más acertado hablar de “redes de movimientos”, dentro de las cuales se mueven personas y organizaciones que conectan a un área más extensa de parti- cipantes. Las redes se componen de pequeños grupos separados, en un sistema de intercambio en el que transitan desde personas hasta medios informativos que con- tribuyen a crear unidad. La acción colectiva entendida como red de movimiento pasa constantemen- te por estados de latencia y visibilidad. La latencia crea nuevos códigos culturales y da un espacio de aprendizaje en la práctica. La visibilidad pone en evidencia los
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