Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

Genealogía del adultocentrismo. La constitución de un Patriarcado Adultocéntrico – 21 tructura nómade al sedentarismo agrícola y ganadero, se muestra una progresiva trans- formación en los modos de organización social (De Beauvoir, 1987; Harris, 2008; Lerner, 1986; Meillassoux, 1982). Esta transformación incluye coexistencia de estos modos de organización, lo que confirma la diversidad cultural ya existente en estas experiencias humanas originarias. La aparición de conflictos entre grupos y la resolución de estos a través de la guerra hizo de la producción y de las mujeres un botín altamente preciado. Las condiciones ecológicas dificultaban la producción suficiente para la subsistencia, por lo que tomar lo de otros se fue constituyendo como posibilidad; de igual forma, las mujeres fue- ron codiciadas en tanto a través de ellas se posibilitaba la reproducción. Así, este tipo de guerra, más que la capacidad masculina de guerrero, es un factor constituyente de estas modificaciones que llevan hacia la constitución de un modo de estructuración social distinto al anterior y en que aparecen relaciones de dominio que se han deno- minado: patriarcado (Lerner, 1986; Meillassoux, 1982). La mujer quedó excluida de las expediciones guerreras y el varón pasó a ser apreciado como quien arriesga la vida; así se construye una valoración de superioridad a quien mata no a quien engendra (De Beauvoir, 1987). Dos estrategias se conjugan en este naciente modo de dominación y permiten su reproducción. Por una parte, la apertura y/o clausura del acceso a ciertos bienes vitales – alimentación y seguridad –; y por otra, recompensas sexuales y privilegios (Harris, 2008). En la Amazonía, por ejemplo, en un pueblo originario – el Yonomamo – la agresividad y violencia constituyen un modo de relación social, centrado en la conju- gación de ambas estrategias. En la primera, buscan mantenerse y sobrevivir, para ello el dato de la satisfacción alimenticia es vital, por lo que la existencia de la guerra no es suficiente explicación, sino que se requiere considerar una racional definición del aumento controlado de la población, para que la producción de alimentos de abasto para el grupo (Harris, 2008). En ese proceso la muerte intencionada de las niñas al momento de nacer, es la que permite la reproducciónmayormente de los varones, para que se dediquen a la provisión y la protección; esto último a través de la defensa y la práctica de la guerra, pero también para inhibir un crecimiento de dicha población que dificulte el acceso a las provisiones (Meillassoux, 1982). En la segunda estrategia, los estudios muestran que la organización de las rela- ciones libidinales en dicho pueblo originario, ponen a la mujer y sus servicios do- mésticos y sexuales, en abierta dependencia de los varones del grupo. Son ellos los que, a través del ejercicio directo de la agresión y la violencia, condicionan el desplie- gue de las mujeres al interior del grupo. Estos varones pueden ejercer la poliginia, intercambian las mujeres para pagarse favores entre ellos, las conciben como trofeos de guerra en las luchas entre aldeas, y las utilizan como servidumbre para la cotidia- nidad doméstica (Harris, 2008).

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