Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
172 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan En el caso de los y las jóvenes entrevistados/as, todos niegan, rechazan la viven- cia de experiencias de este tipo: “…o sea si me dieron ganas de tocarme como otras cabras, pero nunca fui tan calien- te, como otros cabros, porque yo tenía amigos que a esa edad se comportaban como locos, pero yo nunca fui tan éste. Más cuando grande me he puesto más caliente, cuando chica estaba en otra, me gustaba más andar robando, como con amigas, pero otros cabros no” ( mujer, 18 años) Estos/as jóvenes, tratan de no referirse a esas experiencias, a negarlas o minimizarlas. La amplitud del repertorio de prácticas sexuales (Palma, 2006) queda reducida a aquellas establecidas por el orden sexual heteropatriarcal. Se podría pensar que dada la socialización de género, son las mujeres las que tenderían a no reconocer prácticas masturbatorias, porque –como lo señala Lagarde (2006)- la mujer debe silenciar toda una exploración corporal descubierta cuando niña, contrariamente para el hombre existiría cierta permisividad. No obstante, de acuerdo con los relatos tanto hombres como mujeres se plantean desde la negación. En consecuencia, el autoerotismo es un tema silenciado y no reconocido. Reflexiones Finales El estudio presentado buscó aportar a las respuestas en torno a la vigencia o declive del heteropatriarcado, pensando éste como un sistema sexo-político que basado en la genitalización de los cuerpos y en su regulación heteronormativa, sostiene una serie de desigualdades que se anclan en la cotidianidad de los y las sujetos. Para ello, a través de los relatos de un grupo de jóvenes infractores de ley, se indagó en sus con- cepciones ligadas a las identidades sexuales, a sus trayectorias sexuales, entre otros ejes temáticos, con el fin de visualizar rupturas o permanencias de los patrones heteropa- triarcales, en un grupo que posee una imagen social anclada en el rechazo a la norma. A la luz de lo señalado, claramente se aprecia una permanencia de lo heternor- mativo, salvo la relación con el placer y la valoración de la experiencia en la trayec- toria sexual por parte de las mujeres jóvenes entrevistadas, el resto de los hallazgos explicitados develan una permanencia de las formas tradicionales y conservadoras asociadas a lo masculino y a lo femenino. Por tanto, si bien se reconocen cambios en torno a las relaciones de género, la profundidad de éstos , en la medida que no implican una transformación del orden simbólico y de las prácticas en las relaciones, no tiene un efecto de ruptura, de crítica radical a la forma de dominación. De hecho, lo que se evidencia es que a pesar de la existencia de diversos discursos que se toman los espacios públicos, los medios de
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