Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
“Iniciación sexual masculina” representaciones sociales en la construcción de la hombría – 139 Este artículo se organiza a partir de las reflexiones sobre género-masculinida- des y sexualidad, para continuar con aspectos relevantes para el inicio de prácticas sexuales penetrativas 2 , profundizando en las prácticas sexuales para hacerse hombre, junto a sus procesos de subjetividad, la iniciación sexual, las prácticas penetrativas, para concluir con reflexiones que dan cuenta del habla social en la reproducción de representaciones sociales en que se inscribe este análisis. 1. De Género-Masculinidades y Sexualidad. Comprender el acervo cultural asociado al inicio de prácticas sexuales penetrativas en varones, considera un conjunto de elementos vinculados a las experiencias, que desde un sentido más profundo, tensionan lo que de manera cotidiana se entiende por sexo 3 , incluso más allá de su función reproductiva. Estas experiencias dan origen a sistemas de creencias, actitudes, valores, entre otras, que diferencian tanto a hom- bres como a mujeres, las que a su vez, inciden en las representaciones que se elaboran en torno a la sexualidad. En cada contexto sociocultural se elabora la manera en que los hombres y las mujeres “ responderán ante estos hechos vitales, es decir construye lo que será considera- do femenino y masculino, define roles, expectativas y espacios diferenciados a partir de las diferencias biológicas que distinguen a los sexos” (Ortega, M., Centeno; Rebeca; Otros. 2005, 25). Es así que los hombres asumen como un deber social imperativo el tener que demostrarlo, puesto que así, sus procesos de construcción logran estabili- dad y coherencia en los diversos contextos socioculturales. En este sentido, la construcción de la identidad masculina responde a mandatos patriarcales que permean todos los ámbitos de la socialización de los individuos. Se genera, una expectativa social de lo que se debe ser para cumplir con la norma, la cual se va renovando y adaptando, en la recreación permanente de los imaginarios sociales sobre la masculinidad, la sexualidad y el cuerpo de los hombres. Y porque no decir, de los hombres jóvenes en la co-construcción de su hombría la que se cons- tituye “a través de su experiencia personal, (en) su relación con otras personas y como estas relaciones contribuyen a la formación de sí mismos como hombres” (Vázquez. C. 2012, 97). El modelo de masculinidad culturalmente dominante ha sido llamado masculinidad hegemónica, el cual refiere a una posición de poder cultural que es socialmente visible y apreciado en relación con el orden de género validado. La validación sociocultural de la hegemonía masculina posibilita la dominación 2 Comprendidas a modo cultural y para efectos de este articulo, como la primera relación sexual de carácter penetrativa [coital] con pareja femenina. 3 Concepto asociado principalmente a las diferencias biológico-físicas entre mujeres y hombres; como así también a la posibilidad latente de iniciar prácticas sexuales con un otro o una otra.
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