Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
134 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan a la violencia, se encuentran incrustadas en todos los espacios más cotidianos de la vida de estos varones, generando temores, cuestionamientos y malestares que en algún momento deben ser confrontados o resueltos al menos parcialmente. En este lugar, adquieren relevancia los planteamientos de Butler (2009) respec- to a cómo estos sujetos subordinados deben dar cuenta de sí mismos para así ser reconocidos como una forma loable de existir, dado que el sistema de justicia-castigo impuesto por la heteronorma los sitúa como sujetos que están en la obligación de rendir cuentas respecto a su existencia. Desde ahí, el dar cuenta de sí mismos es una responsabilidad, que a su vez compromete a los sujetos como actores sociales para posicionarse en el escenario social como un sujeto activo. Ligando lo anterior es que es posible plantear que este cúmulo de experiencias parecen apuntar al no reconocimiento de su calidad de sujeto a lo largo de su tra- yecto biográfico, por lo que el activismo realizado parece perseguir como una meta central el reconocimiento como un sujeto posible, para lo cual también deben ope- rar cambios en el medio de manera de pasar a “ser posible”, relevándose la dimensión transformadora de su activismo (Butler, 2006). Al analizar las reivindicaciones juveniles en el período 2000-2012, Aguilera (2012) concluye que estas reivindicaciones se han desplazado hacia el campo ma- terial simbólico, donde “el cambio central no está ubicado en el reconocimiento político-jurídico sino que en el reconocimiento simbólico-cultural” (p.104). Al mi- rar desde un punto de vista histórico el movimiento lgtb 4 , se halla como punto de confluencia el cómo se han ido articulando demandas de corte simbólico que apuntan al reconocimiento del sujeto y no a demandas concretas que coexisten en la escena social, como por ejemplo la demanda por el matrimonio igualitario. En este sentido, las demandas juveniles en materia de género parecen haberse movilizado en una dirección similar a las demandas de mayor cobertura mediática e impacto so- ciocultural, como las estudiantiles, lo que desde un paradigma transaccional, resulta coherente en tanto no resultan disociables como parte del mismo entramado. Así, los catalizadores de la movilización apuntan a una reparación de un itinera- rio complejo, lo que se logra a través de un trabajo personal y uno colectivo también, donde hay un salto cualitativo relevante en tanto el semejante deja de ser el que impone el contexto y pasa a ser con quien se comparte un devenir semejante, lo que implica no sólo haber tenido experiencias similares, sino que también resignificacio- nes similares al respecto. Es así como la noción de manada se transforma en un componente clave dentro del activismo sexopolítico desarrollado por los varones no heterosexuales; la mana- da es un grupo significativo con que se comparten no solamente acciones e iniciati- 4 Siglas que denominan al colectivo lésbico, gay, bisexual, trans.
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