Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan

126 – juventudes en chile: miradas de jóvenes que investigan Asimismo, el autor señala que los jóvenes identifican la amistad como un ele- mento que les permite generar un sentimiento gregario y desde ese lugar, conformar colectivos. También reconoce en las redes afectivas el elemento que dinamiza los procesos de movilización y participación juvenil, en tanto “representan la oportuni- dad para establecer un núcleo de relaciones donde el/la joven puede manifestarse de manera más auténtica” (Delgado, 2005, p. 182). Así, la existencia previa de redes de tipo afectivo, fundamentadas en la amistad y sumergidas en la vida cotidiana, se constituyen como un factor motivacional signifi- cativo para que los y las jóvenes expresen sus intenciones de acción colectiva, por lo que los vínculos afectivos establecidos entre ellos y ellas a partir de una participación previa, común y espontánea en diferentes actividades, estimulan la proyección de nuevas interacciones en otros contextos, así como la proyección de sus relaciones en la construcción de una experiencia conjunta que pueda contribuir a la solución de determinadas problemáticas (Delgado, 2005). A continuación se dan a conocer los principales hallazgos de la investigación, tan- to a nivel de los trayectos biográficos de los jóvenes como en cuanto al activismo sexo- político en tanto nudo significativo en el proceso de construcción de masculinidades. 2.1. Transitar contextual de las masculinidades: acontecimientos y vín- culos Al remitirse al plano familiar, las figuras de mayor relevancia son el padre y la madre. En este sentido, independientemente de la constitución familiar (monoparental o biparental), los entrevistados reportan en general poseer una vinculación de mayor cercanía e implicación emocional con la figura materna, la cual es revestida de gran afecto. Al mismo tiempo, esta es significada como la persona con la cual se genera la mayor cercanía, lo que está relacionado a su mayor presencia en el cotidiano, su rol de cuidado y principalmente el lugar para los afectos que abre a través del diálogo y la contención emocional. Esta visión contrasta con la que se tiene respecto a la figura paterna, por cuanto es caracterizada como una figura “lejana” y “silenciosa”; en este sentido, el padre apa- rece como un sujeto débil, cuya ausencia se da en términos no sólo reales o tangibles sino que también simbólicos. El padre es significado como un portador del “deber ser” pese a que en general no se le otorga un reconocimiento o una validación efec- tiva a este patrón. “la imagen de mi papá era la que marcaba el límite respecto a cómo me vestía, como me peinaba, cuantos aros me ponía; cuando me hice tatuajes pensé en mi papá por- que probablemente no le gustaría, pero no fue un impedimento para hacerlo, aun- que yo estuviese consciente de que no le iba a gustar; entonces es como el elemento

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