Juventudes en Chile. Miradas de jóvenes que investigan
Construcción de masculinidades en jóvenes reggaetoneros de Conchalí – 109 “La violencia en el mundo juvenil tiene entre otros factores causales esta necesidad de demostrar fuerza y control por parte de los hombres, que bajo la lógica de ‘no dejarse pasar a llevar’ y de manejar la situación, recurren a la violencia como forma de resolución de conflictos” (Duarte, 2006, p.5). La masculinidad se vuelve una prueba constante a los ojos de los demás donde la virilidad es construida por medio del dolor y el esfuerzo. Duarte (2005) describe cómo el ejercicio de la violencia puede posibilitar la generación de identidad. Frente al imperativo de la masculinidad hegemónica los jóvenes se ven impelidos a mostrar su capacidad de competir, de vencer, de conquistar, de ejercer dominio y mostrarse activos y poderosos. En este contexto la violencia permite conquistar el espacio de la calle, dejando claro cuál es el territorio, y cuál es la autoridad y dominio que se ejerce sobre él. Es necesario resaltar los contextos de exclusión en los cuales estos jóvenes se desenvuelven. Tienen escasas opciones de acceder a la educación superior y las oportunidades laborales que se les ofertan son precarias; bajos salarios, trabajos por temporada, sin contrato. Por un lado, el mercado y la web los seducen con un bombardeo de objetos a los que deben acceder para reafirmarse como hombres. Por otro lado, son estigmatiza- dos por las instituciones y los medios, siendo considerados ilegales desde lo político, pecaminosos desde la religión, y patológicos desde lo médico (Duarte, 2005). Tal como plantea Goffman (2006) el color de piel, el modo de vestir, la manera de ha- blar genera un estigma, que deja a estos jóvenes en la posición de sospechosos frente a la sociedad adulta. Los jóvenes entrevistados se caracterizan a sí mismos como flaites 6 , entendiendo por flaites: “Que nadie nos puede pasar a llevar”. (Ariel) “Ser picado a choro” 7 , “no saber hablar”, “hablar en coa”. 8 (Maikol) Ser flaite para estos jóvenes es también utilizar la estética del reggaetón y escuchar música a fuerte volumen en la calle. Este no saber hablar, implica una internalización 6 Flaite es un modismo chileno que se usa para referirse a los excluidos, a los marginados, y a los de- lincuentes en forma peyorativa, el Diccionario de uso del español en Chile (Duech, 2010) lo define como “persona de clase social baja y comportamiento y apariencia extravagante, que es relacionada generalmente con el mundo delictual” (p.395). 7 Picado a choro es un modismo chileno que caracteriza a quienes adoptan una actitud desafiante y confrontacional asociada con la violencia física. 8 Lenguaje propio de los delincuentes y de las personas que están privadas de libertad.
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