El debate ideológico acerca de la comunicación de masas en Chile : 1958-1973

51 nó. En ese marco, constató la Insuficiencia de los remedios propuestos anteriormente y comenzó a esbozar respuestas más globales para enfrentar el problema de ]a onmuniear ión masiva. "¿Qué hemos hecho, --decía el Cardenal Raúl Silva Henríquez en 1970-- o que hemos permi­ tido que se haga con los medios de comunica­ ción social? Muchas veces hemos recibido su llegada y su impacto con mal disimulado temor. Nos hemos limitado a denunciar sus peligros y deplorar sus deficiencias. Pero siempre man­ teniéndonos al margen, en la postura irresolu ta de quienes critican sin construir donde des truyen. Hemos denunciado, con razón, el pe­ ligro de que esos medios lleguen a ser facto- res de alienación, instrumentos en manos de algunos privilegiados para eternizar el orden que conviene a sus intereses;; pero no hemos pensado seriamente en nuevas formas; de asocia- ción o empresa, que permitan a los periodistas ejercer mejor su deber y derecho de informar sirviendo sólo a la verdad. Hemos protestado por los abusos de la violencia y del erotismo publicitario, pero no hemos desarrollado el há bito, el instinto de captar y destacar lo que es bueno, convenciéndonos, finalmente, de que sólo el mal, el escándalo y la deformidad pue­ den ser noticia. Hemos condenado, sobre todo, los incontrolables efectos que los medios masi vos pueden ocasionar en nuestra juventud ino­ culándoles mensajes y seudo valores que des - mienten lo recibido en la escuela y el hogar, pero no hemos hecho gran cosa por educar an los jóvenes un criterio sano de discernimien­ to de lo que ven y oyen y , más que eso, no he­ mos alentado en ellos las necesarias vocacio­ nes a trabajar constructivamente en la Comuni­ cación Social"(104). (104] Cardenal Raúl Silva Henríquez: "Anunciar la Buena Noticia", en El Cardenal nos ha dicho, Salesianos, Santiago, 1982, pp. 83-86.

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