Políticas nacionales de comunicación y cultura

11 Para muchos estos momentos de ocio están ocupados por los medios de comunicación social.1 En la experiencia de los medios entramos en otro mundo lejos del trabajo para partí, cipar en la narración de la mitología de la nación y la mitología cósmica. Es también una entrada a una gran co­ munidad1'y compartimos con otros de la nación la participa­ ción en el mismo reflejo de nuestra cultura, explorando con los realizadores de programas el sentido de la histo­ ria, en las noticias, la telenovela, la música y la come­ dia. Los medios son otra dimensión del ocio que nos per­ mite expresar nuestra personalidad en la creación de .cul­ tura. " r En cualquier situación de comunicación intervienen una es­ tructura de poder y ciertos protagonistas del evento. Sin embargo, la complejidad de la tecnología, la necesidad de montarla con mucho financiamiento y mantener una gran es­ tructura de producción para competir, introducen un nuevo elemento que vincula el proceso de comunicación aún más estrechamente con la estructura de poder. También esta or ganización de los medios masivos da más poder a los prota­ gonistas de la comunicación, por lo menos en la actual or­ ganización de los medios en América Latina. Por eso, la organización productiva misma ocupa una posición clave en la creación de culturas. Al mismo tiempo debemos evitar un modelo de los medios que atr.ibfuye .demasiado control social y verticalismo. Es mejor un. modelo de "foro" en que varios actores negocian -finan- ciadores, realizadores, actores, el gobierno regulador y la

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