Cultura y recoleccion folklorica

Esa me ha pasada muchísimas veces. Y yo he indagada hasta que he sabida que personas san esas. Entonces este problema de ética entre nasotros tiene que terminar. Esas san las casas más dolorosas que ya tendría que denunciar ante Uds. porque estay sumamente abrumada, sumamente do­ lida can toda estas casas y creo que tenemos nosotros que empezar a aceptarnos nosotros mismos. JUAN PEREZ : Entendemos que el trabajo que se ha desarrollado hasta ahora es un trabajo harto valioso. Pensamos que de aquí van a salir algunos lineamientos importantes para poder seguir avanzando porque, indudablemente, hay harto que hacer. Además, esta es una opinión personal, creo que el misma momento actual nos está obligando a adaptar algunas medidas, si somos consecuentes en torno a este quehacer que nadie nos ha obligado a tomarlo. Lo hemas tomada de corazón, por vocación, por amor al puebla, por amor a nuestra propia cultuta. NESTOR ALMENDRAS : Me ha correspondido trabajar en varios sectores cam-, pesinos de la 7a. región. La situación ahí es parecida a la que se ha descrita acá, quizás con algunas matices de ‘diferencia. En cuanto a canto y danza, mantienen a través de toda la zana central, la cueca, el corrido y especialmente, la cumbia que está ahora tomando su carácter. Quizás lo que se mantiene un poco más son las fiestas re­ ligiosas, manejadas un poca por la comunidad, no por tanta intervención de la jerarquía eclesiástica. Y hay comunidades que, yo pienso, lo ún_i co que les permite vivir es esta festividad religiosa, como en el caso de la festividad de San Jerónimo, en la localidad de Curepto, que es una zona muy pobre, de tierra muy erosionada y que solamente viven en torno al santo, encomendándose a él para que na suba el río, para que cuidé los sembrados y poder cosechar. Creo que el carácter religioso que es­ tá metida en la gente ha podido llevarlos a tener sus costumbres en ese sentido. Respecto a otras manifestaciones como adivinanzas y leyendas, se vió que cuando a una radio se le ocurrió, en un programa de música popular y folklórica, pedir adivinanzas llegaron cientos y cientos de ellas. Es decir, la cultura de la adivinanza se mantiene igual que la de los mitos. El problema de la cueca, en Talca, es realmente serio. De Tal­ ca partió la creación de los cursos de Cueca de la FENAC y donde la de­ formación de la cueca es realmente horrible. Nadie baila que no sea vestido de huaso, con botas, inclinado, amanerado. Man a enseñar a bai lar cueca a San Clemente, que es una zona netamente huasa y campesina, es como ir a vender helados a la Antártica. Es decir, están formando

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