Prensa popular (1973-1983)

i*a asuntos que estimaba sus "intereses vitales" (familia, educación) o reía tivos a su preocupación por el "bien común"o Ahora, y sin que variara su discurso formal, hace parte de la sociedad política» A falta de una re­ presentación político-democrática, la Iglesia ha asumido la representa - ción de la soberanía popular en una sociedad despojada de sus institucio neso La segunda conclusión es que la inserción de la Iglesia en el mundo popu lar lleva a la coexistencia y a la interrelación entre das discursos de distinto origen pero que comparten ciertos elementas comunes» IMos ref£ rimos a aquellos que tienden a enfatizar la sacralización de la política en tanto predominancia de los aspectos éticos y fundamentalistas» De hecho, la acción de la Iglesia en el mundo popular durante estos años la ha llevado a tener una presencia como no la tuvo antes en el pasado y que hoy comparte con los partidos políticos de base popular» Ella se ex_ presa básicamente en el apoyo activo que brinda a las organizaciones de sobrevivencia y a las organizaciones representativas de los trabajadores, además de la defensa en el terreno de las violaciones a los derechos hu_ manos» A partir de este fenómeno, coexisten en el mundo popular dos uni_ versos discursivos: el discurso de los pobres -orientado por el Concilio Vaticano II y sobretodo por Puebla- con el discurso de las clases y en especial con el que proviene de la tradición leninista (lucha de clases). Ambos discursos -eclesial y leninista- tienen en común el hecho ue supo­ ner la existencia de una verdad previa que no sería materia de interpre­ tación, o sea a-ideológica»

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