Prensa popular (1973-1983)

36 facilitar les puntos de unión del movimiento sindical, □ bien esa falta refleja la ausencia de grandes referentes que se estaría dando en la prác tica. Retomando el tema de las necesidades básicas que mencionábamos más atrás, vemos que si bien el movimiento sindical puede responder a las necesida­ des de pertenencia a un colectivo y perfilarse con una identidad propia, no puede con la misma nitidez desarrollar una dimensión proyectiva en tan to sujeto social. De hecho, es lo que también parece ocurrir con el res to de los sectores de la sociedad. 2.2. Lus pobladores y el sector popular Pese a que el movimiento de pobladores irrumpe en la escena nacional en este período recién a partir de las protestas de los años 83 y Bit, su his toria tiene una larga trayectoria que remonta hacia comienzos de siglo. Desde la lucha por la alimentación de 1905 (semana "roja" o huelga por la carne, con ocupación de la ciudad), hacia la formación de Ligas de A rrendatarios (191L) y la primera huelga de arriendos (1925), la demanda por la vivienda presionó sobre procedimientos considerados injustos de parte de propietarios particulares. Esta situación cambia, sin embargo, con la promulgación de la Ley 33 que regula los loteas urbanos hasta en­ tonces plagados de irregularidades y cuyas víctimas eran justamente los desplazados del radio urbano consolidado y tradicional. Con esta Ley, el Estado pasa a ser el principal interlocutor de los grupos urbanos po bres y su protector frente a los abusos de los particulares. A partir de entonces la lucha por la vivienda adquiere, según V. Espinoza (8) un carácter de lucha legal del cual le será difícil desprenderse pese a las numerosas salidas "extralegales" que significan las "tomas" de terrenos (Q) Vicente Espinoza: Movimiento Poblacional; síntesis histórica. SUR Profesionales, Stgo., Chile (mimeo)

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