Ciudadanías para la democracia

11 encuentra en la figura de Thomas H. Marshall, profesor de sociología de la London School, su origen. Él pronunció una serie de conferencias que fueron publicadas en 1950 con el título “Ciudadanía y Clase Social”, donde planteó algunas ideas, basadas en la historia inglesa, que han permitido pensar la cuestión de los derechos (incluidos los sociales) y –también- problematizar su posición al calor de los procesos sociales desarrollados a partir de la Revolución Bolchevique. Para ser más claros, T. Marshall caracteriza históricamente los derechos, y plantea una linealidad para comprender su aparición en la historia de la humanidad: así tenemos que los derechos civiles fueron concedidos en el siglo XVIII, los derechos políticos en el siglo XIX y los derechos sociales y económicos en el siglo XX. Si bien, son flexibles cronológicamente, tiende a ajustarlos en estos períodos . Plantea que los derechos civiles y políticos se pueden reconocer claramente, sin embargo, los sociales -que atañen a la calidad de vida- no son tan claros en relación a lo que implican (a pesar de que se tiende a asociar el derecho social al acceso a la educación o salud). Por otro lado, plantea que la igualdad –propia de la ciudadanía- puede ser compatible con la desigualdad propia de la estructura de clases. Lo dice en los siguientes términos: (existe) una igualdad humana básica asociada al concepto de la pertenencia plena a una comunidad –yo diría, a la ciudadanía- que no entra en contradicción con las desigualdades que distinguen los niveles económicos de la sociedad. En otras palabras, la desigualdad del sistema de clases sería aceptable siempre que se reconociera la igualdad de la ciudadanía (Marshall y Bottomore; 1998: 20-21). Otros autores, argumentan que los derechos sociales son costosos y condicionados a la realidad económica de los países, por lo que no son fáciles de garantizar (Salazar, 2013). Desde una mirada crítica a la interpretación de Marshall, podemos decir que, no todos los pueblos siguieron la linealidad de países como Inglaterra, y conquistaron consecutivamente unos derechos antes que otros, por otro lado, consideramos que la conquista de los derechos sociales y económicos son básicos para el disfrute efectivo de los derechos civiles y políticos, pues la pobreza

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