Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

65 Raíces ideológicas regionales El pensamiento neoliberal contemporáneo combina fundamentos económicos neoclásicos con actualizaciones de la historiografía liberal. Esta concepción nutrió la ideología de las clases dominantes latinoamericanas desde la Independencia hasta la crisis de 1930. Recreó los mitos del colonialismo y retomó todos los supuestos de superioridad del colonizador europeo sobre los indígenas y los esclavos. Las versiones más básicas de esa teoría repitieron los prejuicios iniciales propagados por los conquistadores de América. Esos enfoques concebían al nuevo continente como una región estructuralmente atrasada por la gravitación de imperativos climáticos adversos. Suponían que esos condicionamientos impedían a los nativos desarrollar la agricultura y el comercio. Por eso, postulaban superar la barbarie regional con un padrinazgo externo. Durante tres siglos, esta concepción difundió creencias de supremacía occidental. Divulgó la imagen de un nuevo continente dotado de excepcionales riquezas y pobladores incapacitados para aprovecharlas. Europa quedó identificada con la introducción de la civilización en un continente previamente divorciado de la historia humana. Con estas ideas colonialistas se justificó la explotación impuesta a los pueblos originarios. El indio era sinónimo de salvajismo y su evangelización era presentada como un correctivo de ese primitivismo. Esa redención incluía el trabajo servil en las minas y en todas las haciendas creadas a partir de la usurpación de las tierras comunales. Estos mismos preceptos fueron utilizados para introducir esclavos africanos en las regiones con poblaciones originarias diezmadas. La brutalidad de estas prácticas era maquillada con mensajes de padrinazgo tutelar sobre las razas inferiores 61 . El pensamiento radical del siglo XIX confrontó a estas teorías de glorificación colonial. Pero el liberalismo conservador de las oligarquías criollas retomó todos los diagnósticos de incapacidad de los nativos. Estos principios fueron utilizados por los terratenientes y comerciantes locales para afianzar su dominación. Con esos pilares gestaron naciones formalmente soberanas y económicamente dependientes del capitalismo británico. La derrota de las corrientes democrático radicales, al concluir las guerras de la Independencia, facilitó la consolidación de los prejuicios eurocentristas Aparecieron nuevas explicaciones que atribuían el subdesarrollo no solo a la gravitación previa de culturas indígenas. También fue impugnado el débil liberalismo de la tradición española. En ese contexto, el desprecio por al retraso indígena fue combinado con cuestionamientos al proteccionismo hispánico. La fascinación por la 61 Ver: Chavolla, Arturo. La imagen de América en el marxismo, Buenos Aires, 2005, Prometeo (pag 42-53, 55-66, 72-74).

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